Prólogo:

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La noche era oscura y silenciosa, solo interrumpida por el sonido de los coches que pasaban por la carretera. Timba se encontraba en el bar con una copa en la mano y la mirada perdida en el vacío. Acababa de salir de una relación larga y dolorosa y su amigo le había convencido para ir al bar y olvidarse de sus problemas.

Estaba recostado en la mesa del bartender con un poco de saliva entre su cachete y la mesa, ya no quería seguir bebiendo, pero dada su situación actual no podía parar de hacerlo, su amigo azabache no tenía motivos para beber, solo quería despejar su mente y acompañar a su amigo.

—Vamos Timba, anímate —intento animar a su amigo que ya hacía recostado en el bar —A lo mejor esto es una señal del destino.

—ah —estaba sin conciencia —perdi seis años de mi vida con ella.

Estaba agotado, el beber demasiado lo tenía cansado estaba seguro que si tomaba una copa más terminaría vomitando todo lo que anteriormente digirio. Su cordura ya no existia ahora lo único que tenía en mente era su ruptura, el ver a su ya ex novia en brazos de otro hombre lo había destrozado por completo.

10:00 pm

Quería vomitar y su amigo lo había dejado para ir a hacer sus necesidades dejándolo solo, de repente escucho una voz, era una voz tan dulce y angelical, quería escucharla otra vez y lo vio, vio de donde provenia.

Lo tomo, tomo su rostro, quería besarlo, estar con el, besarlo y lo acerco, tan lento y sumiso que el rose en sus labios parecía jamás llegar a ser tocados, de repente sintió unos dedos posar en sus labios, abrió los ojos lentamente y lo observo.

Era un chico, pelo blanco cualquiera diría que es un albino pero era uno particular, tenía un mechon rojo y ¿Heterocromia? Que bellos ojos.

—Señor ¿Se encuentra bien? —menciono el albino, alejándose un poco de el.

¿Cuántos años tenía ese chico? Se veía muy joven. El silencio invadió alrededor de aquellos dos chicos. La cara de Timba ya hacía como la de un bobo, con la boca entreabierta y sus ojos brillosos como la de un cachorrito la belleza de ese chico lo deslumbraba tanto que su boca le temblaba al intentar hablar con aquel pero no sé detuvo y menciono.

—Tu... Tu eres muy lindo —lo soltó mientras tomaba las mejillas de su contrario para intentar besarlo

—Ay no, ¡Espere! —chillo llamando la atención de todos en aquel lugar.

Había tenido suficiente intentar ayudar aquel tipo no fue una buena idea, ya no tenía intenciones de quedarse más tiempo con aquel sujeto se iba a marchar pero algo en su interior no lo dejaba, lo quemaba.

Tuvo la idea "sexo" a lo mejor el tipo en medio de su borrachera no se acordaría a la mañana siguiente.

—Disculpe señor le tengo una propuesta —apreto sus puños por lo nervioso que estaba

—Tengamos sexo.

Fue directo, al grano, en cuanto vio la oportunidad la supo aprovechar, en sus planes lo único que quería era tener una buena noche.

Solo una Noche [Riumba]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora