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Y en una habitación de la casa de la familia Olimpus, bueno más bien en la habitación de Hades, el hijo mayor de Cronos...

— ¡ Sueltame maldita sea !
— Pero mi emperatriz no puedes irte y dejarme aquí solo en nuestro lecho de amor.
— no me digas emperatriz.
— Pero eso es lo que eres, mi amada, mi reina, mi dama, mi amor... la futura madre de mis cachorros.
— ¡ No soy una chica Hades ! – le miró mientras trataba de defenderse con una silla. – ¡ No soy hembra !... ¡ Como para andar teniendo hijos !

Y en un movimiento Hades lo acorraló dejándolo a su merced, miró ese precioso rostro y se acercó para besarlo...

— ¡ Papá !

Por obra del cielo apareció Adán tirando la puerta de una patada, junto a sus hijos Lu Bü y Raiden, tras ellos Cronos, el hombre rubio de ojos azules no dudó en golpear a Hades dejándolo tirado en el suelo, cargo a su hijo.

— No te atrevas a tocar a mi Qin.
— O si no te vamos a romper los huesos.  – hablo Raiden.

Adán miró a Cronos con cara de pocos amigos y suspiró al verlos irse.

— No creí que llegarás a esos extremos Hades... Pareces Zeus pero más atractivo.
— ¡ Te escuché ! – grito desde el pasillo el antes mencionado.

Hacía mucho tiempo que Qin Shin Huang, sufría por los constantes acosos e incómodos momentos de cierto hombre, Hades, pero el problema era que Qin, no era de los que se debajan llevar fácilmente, pero cayó tantas veces en los cuentos y enredos de ese loco hasta que de no ser por su padre, Adán, el hombre de cabello albino le dejara tranquilo luego de cierto acontecimiento un tanto... Raro. Y es que la apariencia de Qin no ayudaba mucho que digamos, esa piel blanca y delicada, hermosos ojos con unas pestañas espesas que en cada parpadeo le hacían ver un más bello, labios perfectos con un pequeño brillo y una figura que sin duda era sublime a los ojos de Hades.

Era turno de Qin de ir por las compras de la casa, al principio Adán quería ir con el por la preocupación de encontrase con Hades y que este cometiera una locura con su pequeña estrella y de igual formas cada uno de sus hermanos quiso ir pero el prefirió ir solo para darse un poco de aire, así que se dirigió al lugar y para cuándo llegó tomo su carrito de compras y selecciono algunas cosas entre ellas sus rollos de canela favoritos, entonces trás elegir entre las latas de atún tomo la que le parecía y cuando iba a continuar su camino por el pasillo chocó con el carrito de alguien más.

— Ay... Discul... Mmm... – una mueca de disgusto se formó en su rostro. – eres tú.
— oh... Mm... – Era Hades y se veía un tanto nervios y balbuceo un poco. – hola
— Hola. – Saludo el azabache algo nervioso jugando con sus manos y mirando a otro lado. – mm...
— Veo que aún sigues comprando los roles de canela que tanto te gustan. – dijo con una sonrisa mirando a Qin.
— Que tengas un buen día. – Qin tomo su carrito para continuar su andar y poder dejar el más alto le detuvo allí.
— No, no, no, no... Espera, espera. – pidió con un poco de desespero y susurro. – Ay ya va a empezar de pinche apretada... Solo quería decirte que, que, que te ves muy bien.
— Hades... – hablo Qin un poco incómodo.
— Que quiero agradecerte por todo...
— Eres un sucio pervetido, mitómano – expreso mientras contaba con sus dedos. – sociopata y con una cantidad innumerable de enfermedades venéreas.

Expreso molestó, ya no sabía cómo alejar al Griego, podría decir que a veces incluso le daba miedo.

— Para mí también fue algo hermoso. –hablo sin vergüenza alguna Hades.
— ¿No escuchas nada de lo que te estoy diciendo verdad? – Qin se molestó por ello.
— Nuestra historia de amor y sexo no podrá ser igualada ni por los mismísimos dioses... Oh sí – expreso mientras formaba raros sonidos con su boca soltando un leve jadeo mientras que por parte de Qin se escuchaba un "me lleva". – Oh...

¡ no soy hembra ! ( Parodia )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora