Susurros

UNO: Cigarros

CAPÍTULO ÚNICO

La habitación estaba oscura, no sabría decir si era de día o de noche, estaba muy oscuro, solo se que apenas me había depertado, mi teléfono estaba apagado, quién sabe cuando lo había hecho. Sentado en el brode de la cama, con los antebrazos sobre mis pantorrillas, saque un cigarro de la cajetilla, lo encendí, tome unas caladas con tranquilidad, cuando vote el humo mire a mi derecha, otra vez lo había hecho, me acoste con el único que prometí no hacerlo, ¿De que me sirve seguir lamentándome si ya lo había hecho más de una vez? Jugando con un niño prácticamente, por la diferencia de edad, podría ser mi hijo, pero no lo es, soy amigo de Lewis, su padre, si el se enterara perdería nuestra amistad, lo que me queda después de años de sufrimiento por verlo a el casarse, tener un hijo, a Tomas, es un pecado causado por la inconformidad de un amor no correspondido, vi sus ojos abrirse y ser iluminados por la poca luz que entraba por la ventana "¿Otra vez fumando?" Pregunto con voz grave, su voz había cambiado ya hace unos años, lo cual aún me sorprende, y me desagrada mis acciones, lo vi crecer poco a poco ver como se iba pareciendo a su padre, es igual, ahora tiene 23, a forma en que llegamos a este punto ni siquiera lo recuerdo, solo se que se ha repetido por los últimos 4 meses.

Tomás tomo control de mi muñeca y caló de mi cigarro, fruncí los labios "tan joven y fumando, ¿Agarraste mis malas costumbres?" Solte mirandole en regaño, sonrió y se acerco a mis labios besandome profundamente pasando el humo de tabaco en mi boca, comenzo a reír silenciosamente, me miro fino "Quizas algunas", me abrazo por la cintura posando su frente en mi viendre, comence a acariciar su cabello, "Tengo que irme" dije tosco, "Quedate un rato más, por mi ¿Si?" Rogó mirandome, suspire, bese su mejilla y proseguí a levantarme de la cama, moviendolo con cuidado, apague el cigarro, el guardo silencio en todo momento mientras me vestía, le volví a dar un beso, esta vez de despedida, me sujeto del cuello y me tiro en la cama, "quedate" volvio a decir, "solo unos segundos" susurro, no hubo ningún sonido más que los de los perros afuera y los autos, el sol ya estaba presente, "¿Por que nunca quieres quedarte?" Pregunto, yo le mire en sus dulces ojos azules, "no sería bueno si lo hiciera, si tu padre se entera de que estuve aquí...no podría volver a verle", su rostro entristeció, arrugó el entrecejo, sus labios se apretaron, "¿Verle?" "Verte, fue un desliz de lengua", me miro fijo largos segundos, sonrio triste "Esta bien" me beso la frente y me abrazo, yo guarde silencio respirando tranquilo, "Debo irme" volví a decir, "esta bien" respondió, me dejo libre, eran las 7, lo leí en el reloj de pasillo, abrí la puerta para salir del cuarto y pasar a la siguiente habitación, la que me correspondía.

FIN CAPÍTULO ÚNICO.

-S. S. Mogneca