Susurros

DOS: Una noche de Octubre

CAPITULO ÚNICO.

La noche era más oscura de lo que lo había sido la anterior, más que oscura era sombría y tensa, al menos así Dawit la sentía cuando entro a su casa, nervioso, corriendo de un lado a otro por las escaleras, su habitación y la de Emadeline, llenando las maletas con impaciencia, cuando la muchacha se hizo presente de una vez, solo se quedo en el marco de la puerta, mirando con recelo, con los ojos finos fijas en el chico, —¿Por que haces las valijas? —preguntó, Dawit se detuvo de espaldas a ella, pasando sus manos por su rostro, se giró a mirarla, no dijo nada, —Dawit —, —Emadeline, permiso — moviéndose rápido por el pasillo y tropezando en los escalones llegó a la cocina ileso, la chica corriendo tras él agarrándole por el cuello del chaleco cuando le vio agarrando el soplete, —¿Qué se supone que estas haciendo? —,

—Debemos mudarnos lejos lejos, a otro continente si es posible y rápido, no podemos quedarnos, sal por la puerta trasera con las cosas, voy a quemar la casa —, la chica mujer le miró incrédula, —Pero Dawit, tu lo prometiste, lo prometiste —comenzó a mirarle triste, lo había prometido, —Lo sé, lo sé, pero, nos encontraron, no tenemos de otra —, intentó abrazarla por los hombros pero esta se alejo, —Querida, te prometo que esta será la última vez, esta vez sí —, Emadeline negó, —Eso dijiste las otras veces Dawit, ya no puedo con esto, volveré a casa, ya no quiero seguir muriendo una y otra vez cuando tu familia nos encuentra, ¿No ves que es injusto para mi? no tengo amigos, desde que escapamos juntos ninguna vez salí de la casa, ni ver por las ventanas siquiera, es terrible e inhumano vivir de esta forma —, —Lo sé, lo sé, amada mía, pero algún día lo será amor mío, cuando nos libremos de esto esta de verdad es la última, nos iremos a una isla lejana, viviremos los dos, solo los dos, —, —No, ya no te creo, tomare mis cosas, pero no para irme contigo, sino para volver a Londres, volveré a casa, cuando enfrentes a tus padres nos volveremos a ver, pero, como van las cosas en este momento, creo que eso será nunca —, Dawit no dijo nada, no se movió en ningún momento de su lugar, solo al escuchar el portazo lloro en silencio.

Emadeline salió por la puerta principal con un quitasol y su vestido elegante, lo que no sabía era que moriría tras cruzar la calle, puesto que Dawit intentaba protegerla no de sus padres si no de lo que había destruido a ambas familias, aquellas horribles criaturas que se habían expandido por todo el país matando a toda su gente, rendido el chico sacó una botella de vino, tomó la última foto que tenía de Emadeline, comenzó a incendiar la casa y sentado tomando con lentitud su trago mientras veía la foto de su amada espero su horrible final, aquella noche de octubre.

FIN CAPITULO ÚNICO.

-S.S. Mogneca.