De la fantasía a la realidad.

Parte 1 Sin Título

No te haces una idea de cuánto te extraño... Si bien trato de enfocarme en mi en estos días que no estás a mi lado, no puedo evitar fantasear con el momento en el que regreses a mi vida otra vez. Cada cierto tiempo mi mente repite los mismos fragmentos de película, aquellas escenas que me hacen recordar que la vida tiene cosas por las que seguir adelante, por las que querer mejorar.

Son las 4 AM ahora mismo, y la verdad no sé qué tanto sentido pueda tener lo que estoy escribiendo, hago mi mejor esfuerzo por dejar un leve registro de lo que pasa por mi cabeza cuando no puedo dormir. ¿Es extraño que te haya escrito aún sabiendo que no vas a leerme? Supongo que de cierta forma me ayuda, hay tantas cosas que quiero contarte, tanto por decir... Pero no puedo hacer nada más que esperar, anhelo con todo el corazón tu regreso, pero si continuo viviendo en ese cuento de fantasía terminaré descuidando mi realidad. Necesito enfocarme en la horrible realidad hasta que regreses, lograr avanzar hasta conseguir estabilidad para así poder perderme en la ilusión otra vez sin sentir culpa alguna.

Realmente espero que estés teniendo días mejores, que sea lo que sea por lo que estés pasando, sea mejor que cuando hablé contigo por última vez. Sé que probablemente tú también me extrañas, o al menos eso es lo que me gustaría pensar. De verdad espero que mi príncipe esté pudiendo con su realidad... Estoy seguro de que está haciendo su mayor esfuerzo, pero me preocupa que sienta que está solo en aquellos momentos oscuros. Sé más que nadie que a veces la cabeza puede jugar malas pasadas.

Espero que aquel princípe encantador tenga en mente que la situación es momentánea, que eventualmente podrá regresar a ese mundo de fantasía donde su cachorro lo estará esperando con ansias; recibiendolo con todas aquellas bonitas palabras que se ha estado guardando mientras ambos vivían en sus respectivas realidades.

Espero pronto poder oír la voz de aquel chico de ensueño otra vez, porque si bien me volvía loco con si presencia, ahora es su ausencia la que me enloquece...