Capítulo 1.

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Un día sólido, en otro día caluroso día, de verano. Las olas estabas suave, el muchacho estaba tranquilo sentado en su repostera. Y de repente, como una obra de arte, la vio a ella, con su cabello negro suelto y mojado. Él se enderezó para observar mientras ella se acercaba al heladero.
Como si estuviera hipnotizado, se paró de su silla y comenzó a caminar. Hacia ella, con la esperanza de poder hablarle.
Y se preguntaba ¿qué le podría decir?
Pero cuando el chico llegó donde estaba el heladero, ella ya se estaba retirando.
Y en vez de ir detrás de ella, se quedó observándola, mientras ella caminaba de nuevo hacia el agua.
El heladero, con su sonrisa amblé dijo

_¿necesita algo muchacho? _ sacando de sus pensamientos.
_ No respondió murmurando. Creyó que no la volvería a ver, que sería una de esas anécdotas, un rostro fugaz.
Unos días más tarde, volvió a verla.
La reconoció enseguida y pensó con que excusa se le podía acercar, ella miraba desde la ventana de una librería y aún no lo había visto.
Pero como un golpe de suerte a la chica se le cayó un billete de veinte pesos, el muchacho no dudó en recoger el dinero y decir _ oye se te cayó en cuanto ella se dio vuelta, para mirarlo a los ojos, él sonrió entregándole el dinero.

_ gracias _ dijo ella.

_ de nada _ respondió el joven.

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Difícil amorWhere stories live. Discover now