Narra Grecia Evans
—Que te casaste —dijo y lo mire a los ojos
No tenía una mirada de decepción o de tristeza, en realidad no sabía definir su mirada
—Tanner yo lo siento...
—¿Por qué lo sientes? —frunció el ceño —Grecia, no debes discúlpate por nada
—¿Cómo sabías qué me disculparía? —dije por lo bajo
Río y negó
—Te conozco bien, Grecia. Y se qué ibas a decir eso
—Si, en realidad siempre quiero disculparme sin razón —baje la cabeza
—Pero en fin, eres una buena persona, la mejor, la más dulce y tierna persona qué conozco Grecia —me sonrió
Baje la cabeza
—Pero... Aún no conozco a tu esposo —sonrió —Me lo tienes que presentar, le diré lo que me dijo tu hermano una vez
—¿Qué te dijo? —Fruncí el ceño
—Una de sus tantas amenazas de no hacerte sufrir —hizo una mueca fingida de terror
Reí
—Aún qué... La señora Elena murió —tragué —Te veo más fuerte que antes Grecia
Baje la cabeza
—Te quise mucho, Tanner —le dije y me sonrió cálidamente
—Yo también Grecia. Quizá sí... Esa noche no hubiera sucedido lo que pasó... Incluso nada asegura que estuviéramos juntos ahora —sonrió levemente
Me levanté y él imitó mi acto. Nos abrazamos nuevamente y sonreí nostálgica. Cuando nos separamos acarició mi mejilla
—Me quedaré unos días aquí en Los Ángeles
—¿Y Italia?
—Estoy empezando un negocio allá. Me ha ido muy bien —sonrió
—Me alegra...—dije y un pensamiento recorrió mi cabeza —¿Tu... ¿Estás con alguien igual? —pregunté curiosa
El sonrió y me miró a los ojos
—Voy a casarme dentro de unos meses —mi rostro de sorpresa debió de haber sido notable porque dijo: —Al igual que tú pude continuar con mi vida
—Me alegra mucho —dije sincera —De veras
—Lo sé, tu siempre eres sincera
—Gracias por venir —agradecí
No lo supe al principio, pero ver al a Tanner de nuevo me ayudó a cerrar un ciclo, qué aunque no lo quería admitir, era una herida qué tenía sin cerrar
—Vamos a fuera —asentí
Abrió la puerta y ambos salimos. Me sonrió cálidamente y levanté la mirada, encontrándome con la mirada miel de Fabián y recordé lo qué me dijo en la habitación y me sonroje inmediatamente
—Fabián —dije, pero su mirada no se quitaba de Tanner
—Estaba buscándote —se excusó
—Dime —dije algo nerviosa. Él y Tanner se miraban —Ammm. Fabián es el Tanner —se dieron la mano —Tanner él es Fabián, mi esposo —por primera vez en la ocasión Fabián me miró
—Un gusto —sonrió Tanner
—Igualmente. —dijo Fabián. Serio como siempre
—Vamos a la sala —llame la atención de ambos
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Una Vida a tu Lado
RomanceUn matrimonio por contrato. Grecia ha sido obligada a casarse con un desconocido para salvar la empresa familiar, pero lo que no sabe es que en realidad sus padres la obligaron a eso para poder salvarla de un enemigo. Al conocer a su esposo, se lle...