mocosa ━ jaywon. (editando)

♡ "segunda cita" ♡

jungwon se mantenía pegado a la ventana que daba hacia la calle, su madre descansaba en el sofá tejiendo lo que parecía ser un gorro de lana.

dio un brinco cuando vio la motocicleta estacionarse en la acera de enfrente y a jay bajarse de esta, antes de que pudiera llegar a su puerta, se dirijo a su madre dejando un beso en su mejilla y agarrando su bolso del sillón.

"volveré temprano, mamá, te amo".

seungyeon asintió y volvió el beso a su hijo, "yo también cariño, cuídate".

justo cuando jay estaba por tocar el timbre, jungwon abrió la puerta y tomo su mano llevándolo a la acera, debía evitar que su madre lo conociera al menos hasta el día de la boda.

"hey, ¿por qué tanta prisa, nena?" jay saca las llaves de su bolsillo trasero, y toma a jungwon de la cintura para detenerlo haciendo que voltee hacia él.

"nada, estoy emocionado" le regala una sonrisa nerviosa y espera a que jay baje los dos escalones correspondientes y dejó un beso casto en sus labios.

jay sonrió y dejo un beso en cada una de sus mejillas "lindo".

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llegaron al lugar un poco tiempo, el local se encontraba en la pequeña plaza que había en el pueblo alrededor del parque central, tenía mesas exteriores y se parecía a cualquier otro local de comida rápida con la diferencia de que este tenía tema de princesas.

ambos se encontraban en la fila para ordenar tomados de la mano.

"¿ya has elegido?" preguntó jay soltando la mano de jungwon y rodeando sus hombros para acercarlo a su pecho, el chico recargo su barbilla en el pecho del más alto y sonrió desde ahí.

"quiero el combo sorpresa y nuggets de pollo" jungwon froto su carita contra jay y suspiro cerrando sus ojos "hueles muy bien, ¿luego podemos ir a los juegos?".

"claro, mocosa consentida" dejó un beso en su mejilla y avanzaron en la fila para pedir sus órdenes.

después de tomar los pedidos, el encargado les mostró todos los modelos de juguetes disponibles, jungwon eligió el pequeño llavero en forma de angry bird en cuanto lo vio y lo sostuvo frente al rostro de jay "¡se parece a ti!"

mientras iban a recoger su comida, jay hacia muecas raras tratando de imitar a la cara del juguete para hacer reír al más pequeño.

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una vez tuvieron sus órdenes escogieron una mesa afuera debajo de un árbol que quedaba frente al área de juegos, jungwon dejo su mochila que en esta ocasión era rosa, sobre la mesa y colgó el llavero en esta, dejo su comida en la mesa y sentó en las piernas de jay.

"prueba esto, esta delicioso" el pelinegro tomo su rebanada de pizza y la acerco a la boca del pelirrojo y este le dio una pequeña mordida.

"umh, bueno, pero prefiero mis nuggets" le dio una mordida a su nugget y movió sus pies con emoción "mucho mejor".

pasaron el rato así, con jay alimentando a jungwon en la boquita y dejando besos castos en sus labios, se había dado cuanta que jungwon nunca profundizaba los besos, eso estaba bien para el pelinegro ya que no quería presionar al menor.

cuando jay termino su comida, decidió por fin preguntarle al menor, apretó el agarre en su cintura y una de sus manos se dirijo a uno de sus muslos, acariciando este, jungwon tembló un poco al sentir el frio de los anillos de jay y notar como su voz se volvía más gruesa y seria al hablar "¿por qué no querías que tu madre me viera?".

jungwon se puso nervioso y empezó a beber de su soda muy lentamente, a lo que el mayor levanto una ceja y dio un apretón a su muslo "jungwon" hablo en tono de advertencia, el niño dejo su refresco en la mesa y suspiro.

"mamá no sabe que eres mayor".

"umh ya..." la expresión de jay se suavizo comprendiendo al instante "¿quieres que hable con ella? podría presentarme y eso, que vea que soy serio contigo".

jungwon sonrió y se ruborizo, pero negó con la cabeza "aún no, más adelante".

"okay" le dedico una sonrisa y beso su mejilla, siguió alimentando a jungwon como si de un bebé se tratara.

"¿era tu hermana la que reía cuando hablábamos por teléfono?" dio una mirada alrededor, mentiría si decía que no estaba un poco celoso.

"no, era jake, mi amigo, estábamos viendo las luchas" jay apretó las mejillas de jungwon y beso sus labios castamente "pequeña celosita".

"silencio" hizo puchero y rodeó el cuello de jay para besarle "¿podemos ir a los juegos?".

"claro, princesa".

jungwon se levantó primero pero no paso mucho tiempo para que jay volviera a abrazarlo por detrás guiándolo al área de juegos, jungwon riendo de forma aniñada y chillona.

"¡quiero la resbaladilla!" dio saltitos, el más alto asintió y llevo a jungwon a la parte de la resbaladilla y vio como subía las escaleras, no pudo evitar que sus ojos se enfocaran en su trasero, tampoco fue su culpa que la falda de jungwon se levantara ligeramente y se alcanzara a ver un poco de sus bragas blancas, lindas, pensó jay.

se colocó al pie de la resbaladilla y tomo a jungwon cuando este bajo riendo, continuaron así un tiempo, jungwon dejaba un beso en los labios de jay cada vez que él lo atrapaba al final de la resbaladilla, siguieron jugando por un rato hasta que decidieron que era tiempo de volver.

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habían llegado a casa del pelirrojo hace unos minutos, pero se quedaron un rato afuera sin querer despedirse, jungwon estaba sentado en el asiento de la motocicleta con jay entre sus piernas, el mayor solo sostenía su cintura y besaba al menor mientras este reía ante cada beso, algo totalmente inocente.

jay beso su mejilla y luego bajo a su cuello haciendo al más bajo tensarse "bebé, ¿yo fui tu primer beso?".

"s-sí" se ruborizo y cerro sus ojitos al sentir los labios de jay en su cuello.

"umh" se separó de él, y acaricio sus mejillas dejando un beso en cada una y una en su pequeña nariz, bajo sus manos de nuevo a su cintura y beso a jungwon, esta vez paso su lengua por los labios del pequeño, provocando que este soltara un quejido por lo bajo y así abrir su boquita.

jay trataba de ir lento y jungwon le seguía el paso de manera torpe, causando que el pelinegro sonriera entre el beso, las manos de jungwon viajaron hasta el cuello de jay para jugar con el cabello de este "me gusta tu cabello" hablo entre el beso.

cuando jay se separó y le regalo una gran sonrisa, agradeciendo mentalmente a la crema de coco.

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