¿Dos?
Claro, era lógico, por qué estar solo con una cuando puedes estar con dos y tal vez más.Entro al bar, para encontrarse con aquel qué decía quererla, pero la verdad es que ella ya sabía, lo sabía todo. . .
- ¿Que le puedo ofrecer señorita?
- Noche de primavera por favorSu cóctel fue servido, ella lo tomo para después comenzar a buscar a él susodicho con la mirada.
Vaya, de verdad que eres un descarado, lastima por la linda chica a tu lado.
Tomo su trago de una sola para darse fuerzas, se levantó de la barra sintiendo la música en su ser, así fue como llegó a la pista de baile solo dejándose llevar.
Pasaron los minutos, personas iban y venían bailando por todos lados, otros besandose en los rincones de aquel bar con las hormonas a su máximo esplendor.
Fue en ese momento mientras ella bailaba con alguien que ni siquiera su nombre conocía, sintió una mirada, una mirada tan penetrante que era abrumadora.
Volteó de dónde provenía aquella mirada y fue ahí donde sus miradas se cruzaron, en los ojos de él se expresaba el miedo de ser descubierto, pero ella no tenía expresión alguna.Ella cesó su baile, sus miradas jamás se separaron, ni siquiera cuando comenzó a acercarse a él.
Su chica al lado estaba desconcertada, su rostro era un una carnaval, expresaba de todo, más sin embargo eso no importó para que ella se siguiera acercando a él.
- Hola cariño. . .-por su rostro se asomo una sonrisa maliciosa- espero que te pudras en el infierno - saco el arma que llevaba escondida en el pantalón y de un disparo en la cabeza terminó con su vida
En ese momento una escoria de este mundo fue eliminada, no habría más engaños por parte de ese imbécil que creyó que jamás sería descubierto.