Nihonkoku shoukan (novela web)

Capítulo 4-La Gran Batalla Naval de Rodenius

Calendario central Año 1639, 25 de abril , Puerto de Myhak

En respuesta a la flota de 4.000 barcos enviada por el Reino de Rowlia, en la base naval en el puerto de Myhak, la segunda flota de Kua Toine finalmente estaba enviando sus barcos de guerra. Cada barco plegó sus velas y se reunió en el puerto. Los marineros revisaron dos veces las escaleras que usarían para abordar barcos enemigos. Las flechas de fuego apagadas se empaparon en aceite y se guardaron. Se colocaron escudos de madera para proteger contra las flechas del enemigo a intervalos regulares. Se instalaron balistas en cada barco. En total, había unos cincuenta barcos.

"¿No es una vista magnífica...", murmuró el almirante Pancarre para sí mismo mientras observaba el mar. "Pero tienen más de cuatro mil barcos... Me pregunto cuántos hombres puedo mantener con vida..."

Se reprendió a sí mismo por expresar sus verdaderos pensamientos. No tenía sentido darse por vencido antes de tiempo, incluso frente a probabilidades imposibles.

"Almirante, hemos recibido un mensaje del cuartel general de la marina", informó el oficial ejecutivo Breweye.

Léalo.

"¡Sí, señor!

Esta noche, 8 destructores de la nación de Japón llegarán a Myhak como refuerzos. Solicitan un observador para unirse a ellos y presenciar el comienzo de las hostilidades con el Reino de Rowlia.

Fin del mensaje."

"¡¿Qué?! ¡¡¿Solo ocho naves??!! ¿Estás seguro de que no hay ningún error? ¿No deberían ser ochenta u ochocientos?

"No hubo errores, señor".

"Agradezco todas las ofertas de apoyo, pero... ¿quieren un observador? ¡Si solo tienen ocho barcos, solo enviaré a esa persona a morir con ellos! Claramente están fuera de sí. ¡No puedo enviar a uno de mis subordinados!"

Hubo un silencio incómodo.

"... entonces envíame", dijo Breweye.

"Pero..."

"Soy el mejor luchador que tienes, así que tengo la mejor oportunidad de sobrevivir entre todos tus oficiales. Pero olvidas que ese monstruo de barco era de Japón. Tal vez no estén tan locos como crees.

"Lo siento... te lo dejo a ti".

"¡Sí, señor!"

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Mismo día, tarde

Breweye no podía creer lo que veía. El tamaño de la nave estaba completamente más allá de su sentido común. Cuando establecieron contacto por primera vez con Japón, la Primera Armada informó de un barco de más de 200 metros, pero pensó que solo estaban exagerando. Pero ahora, a pesar de que los barcos se detenían en alta mar en la distancia, podía decir que eran ridículamente grandes. Ni siquiera tenían velas. Poco tiempo después, un objeto de aspecto metálico con algo girando en la parte superior se elevó desde lo alto de la gigantesca nave.