Capítulo 1

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Era la mañana más fría que Valeria habría visto, sentido, presenciado y todo lo que se pueda decir sobre eso. La verdad no esperaba tanta paz a esa hora, comparandola con la que estaba acostumbrada a despertarse. La mayoria de las veces con solo abrir sus ojos y esperar a que los oídos se abran ya se escuchaban las voces de sus papás discutiendo. Muy pocas veces se escuchaban las interrupciones de alguno de los dos con motivo de decir que su hermano,su hermanita y ella dormían.
Sin darse cuenta, ya se habia sentado, se puso a pensar en lo diferente de la mañana. Fruncio el seño, sinceramente su cuarto estaba mas vacío de lo común. Bajó de la cama, y al abrir el placar para buscar un abrigo, lo único que vió fue, nada, nada, esperaba ver lo poco de ropa que tenia, pero hasta los cajones estaban asi. Frunció el seño otra vez y salío de la habitacion. Al abrir la puerta sintió el frio del pasillo que separaba las habitaciones de su hermano,Bruno y su hermanita, Carla, esas dos estaban de un lado, en frente de ellas estaba la mas grande, la de sus papás y al final del pasillo estaba la suya.
Pasó mirando las piezas y todas tenian la puerta abierta, menos la mas grande, esa estaba cerrada. Se escuchaban susurros.
- ¡NO!
El grito de la madre rompió el silencio,
Valeria no esperaba una reacción asi de ella.
Mientras los susurros seguían. Se quedó en silencio mirando a un punto en especifico, pensando.
Giró la vista hacia la derecha y vió a Bruno con Carla en brazos.
- ¿Que sucede?. Preguntó.
Ella negó con la cabeza- Otra pelea. Respondió.
-¿Pelea?, todas la cajas llenas de nuestra ropa abajo, me dicen que fue un combate entre dioses y ninguno salio ganando.
Lo miró con cara de confucion.
- Se separarán. Le dijo mirando hacia el cuarto.
-Cállate.
-Mejor, ya estoy cansado de amanecer con sus discuciones retumbando en mi cabeza. Responde sin darle importancia al pedido.
-¡Shhh!. Y le indicó con los ojos a Carla, que estaba dormida.
Levanta los hombros - ¿Que? Tiene nueve, otros saben que sus padres están separados a los cuatro.
- Lo mismo, no es justo para ninguna edad, tambien para mi.
- Tienes dieciséis, supéralo.
Ella lo miró con cara de odio y bajó a ver las famosas cajas que la tenian intrigada.
Mientras terminaba de bajar las escaleras, se distinguían cajas en el centro de la sala, bastante grandes, al lado de valijas que tampoco eran pequeñas. Todas tenian un nombre escrito en un papel pegado con cinta en la parte de arriba. Lo curioso era que ninguna poseía el nombre de su papá,Daniel.
Ya habia observado todas las valijas y cajas detenidamente, pasaba delante ellas y casi se le cae una lágrima, síno se topaba con la fogata,en ella habia pequeños papeles quemados y la ceniza que despedía, aunque una cosa le llamó la atención, un trozo que al parecer se había salvado de ser quemado, se acercó
lentamemte y lo tomó, al darlo vuelta encontró con las iniciales de algo.
Al escuchar una puerta abrirse y cerrarse fuertemente, guardó el papel rapidamemte, en el bolsillo del pantalon deportivo con el que había dormido esa noche. Su madre bajaba por la escalera llorando a cantaros diciendo, que eso era imposible, que porque les había hecho aquello. Confundida le pregunto que era todo eso, ella la miró, lo unico que pudo ver, fue el dolor que inundaba sus ojos rojos y llorosos. Pues a nadie le debe gustar ver a su madre llorar y su corazón comenzó a latir rapidamemte. Luego vió a su padre en la escalera, se acercaba con cara de que alguien le hubiera ordenado matarla, detrás de él, su hermano, alerta a que algo pasara (con nadie en brazos).
Todos quedaron mirandose, la madre estaba tensa y con los ojos realmente abiertos, Daniel comenzó a acercarse a Martha, con las manos adelante, demostrando que no quería lastimarla. Valeria pensaba, ¿Por qué?, se conocían hace quince años.
- ¡No te acerques!
- Martha, por favor, escúchame.
- ¡Como pudiste!
- No fue mi culpa, me engañaron.
- Pero...¡Los ayudaste!
- Ya te lo he explicado, era por mi bien... me habrían matado...créeme...por favor.Dijo con la voz temblorosa.
Comenzó a tranquilizarse, su cara comenzó a verse menos tensa y asustada, de golpe salió disparada hacia Daniel dandole un gran abrazo.
-Te creo. Le susurró al oído.
-Deben irse lo más antes posible.
Se separaron, ella aseguró con la cabeza. Giró hacia Valeria, se acercó y la agarro de los hombros.
- Luego te contaré. Le dijo mirandola atentamente a los ojos.
- Necesito saberlo ahora. Respondió con la respiracion alterada.- No te dejare en paz hasta que me cuentes todo.
- Escucha, Valeria, no creo que estes lista para saberlo... Te lo dire cuando estés preparada, a tu hermano tampoco se lo hemos contado.
Se alejó y se dirigio hacia Bruno. Le susurró algo, lo miró a los ojos y él la imitó, luego de unos segundos, él afirmó sacudiendo la cabeza.
Su padre subía las maletas al auto, con ayuda Bruno. No se habia dado cuenta de que la lluvia habia comenzado a caer, sólo estaba en su pieza, en la que no había nada, mirando por la ventana, encima del no tan angosto borde de la misma, veía como las gotas caían por el vidrio.Tratando de adividar que era lo que había pasado. Ya que la suposición de Bruno estaba equivocada, no se hiban a separar, no creía que su papá haya matado a su abuela, se llevaban mal, pero no para tanto. Tampoco era la economía. Pero lo que se repetía en la cabeza de Valeria sin cesar era lo que su padre había dicho

"Ya te lo he explicado, era por mi bien... me habrían matado...créeme..."

Le dolía mucho recordar esa conversación y espesificamente esa frase, ¿lo abrían matado? ¿Por qué?.
Las imagenes de sus padres discutiendo, todas sus discusiones, esta habria sido la peor, aunque terminó de mejor manera que las demás, algunas terminaban con los dos sin hablarse hasta dos semanas o con su padre durmiendo con Bruno.
Todo estaba listo, sólo faltaba que Valeria se despidirea de la casa, aunque ella sabia que no era una despedida, suponía volver, ayudar a su padre, sí es que podía, o aclarar las cosas y obtener más información. Pero, sí volviera a su casa, no sabía sí hiba a estar segura después de que se fueran y su padre quedara solo, pensando en lo que había oído, él se había metido en algo malo.
Salió de la casa, cerró la puerta con llave, posó la mano en la puerta, justo en el lugar donde habia una calcomanía con forma de corazón, la cual recordaba había puesto ella con tan sólo dos años, claro que le habían ayudado. En ese momento pasaron por su mente todos lo hermosos momentos que habian vivido y ahora su familia se hiba a separar, sólo uno, pero no hiba a ser lo mismo.
Subió al auto, su mamá lo encendió, luego de ponerse el cinturón, giró a la ventanilla y vió a su padre refregandose las manos para calentarlas. Al verlo se le partió el corazón en mil pedazos, imaginarlo solo y todo lo que le puediera pasar, no pudo contener el llanto, soltó un zolloso, desprendió el cinturón y salió del auto para abrazar a su padre quien la había acompañado todo lo que había vivido. Él la abrazó y le dió un beso en la cabeza.
-Vamos.
Ella asintió y volvió al auto.
Se despidió sacudiendo la mano detrás de la fría ventana. Carla estaba con ella en el asiento trasero con cara de confundida y Bruno en el de adelante. Posó el codo en la manija de la puerta y se quedó en esa posición, obvservando el paisaje nevado hasta quedar dormida.

La vida es injustaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora