Detesto la sensación de miedo que llena todo mis sentidos lentamente. Me envenena a cada caricia, a cada beso, a cada palabra dulce que emerge de sus labios y sin embargo, no me siento saciada. Podría besarle hasta que sangremos, pero mi intuición me previene contra él. No se qué hacer.
Soy Jinsol. Tengo diecisiete años y vivo en la provincia Kallenna, al sur de Northbria. Nací durante el solsticio de verano y fui la prueba viviente de la veneración. Nunca sentí que mi destino era mío. Mi madre, Vivienne de Northbria, la reina del Imperio, nunca me consideró una hija, solo era el sacrificio para el Intermediario de la Oscuridad. Yo sólo era el pequeño precio que tendría que pagar para mantener a Northbria a salvo de La Palga, una diosa maldita que consumía a todo ser vivo. Mamá jamás mostró afecto, solo desprecio al ver mis defectos, y los corrigió todos y cada uno de ellos con esmero. Pero jamás me quiso. Me odiaba con toda su alma, y dedicó su amor hacia mi hermanastra Helenna. Nunca he sentido la necesidad de quererla, pero si desearía que me quisiera como Helenna y pudiéramos reír y hablar juntas como hace con ella. Me crio mi tía Victoria y crecí con su hija, mi prima, Klaudia. Mamá se olvida de que existo y a veces no me reconoce. Las habladurías dicen que Vivienne estaba loca cuando me tuvo. Yo sólo sé que mamá estaba demasiado enferma cuando nací, y la fiebre le hizo daño tanto a ella como a mí. No sé nada de mí padre. Todos dicen que en cuanto cumplí los 4 años se marchó con mi hermano mayor. Quiero saber quién era y por qué yo tengo que ser sacrificada al Intermediario de la Oscuridad. Lo haré, y creeme cuando digo que lo haré.
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La Asesina de la Oscuridad
FantasyJinsol, una chica que sólo va a ser sacrificada por el bien de su reino, conoce al Intermediario de la Oscuridad, Cardan, al estar enamorada de él , no será fácil elegir entre la lealtad a su reino o a su amor.