Pase muchas noches en vela pensando si debía escribir esto o no, cuando lo decidí, fueron más insomnios tratando de organizar mis ideas. ¿Debería relatarte como el villano de una ilusión que yo misma cree? ¿O tal vez podría pintarte como el cobarde de la historia? ese que lleno de música un párrafo de mi propia literatura para luego desaparecer como melodia inconclusa. ¿Y si tal vez te escribo como el mentiroso? aquel ladrón herido que escapaba por miedo a perderse nuevamente en la oscuridad y por eso jugaba con fuego, por que sabía que podría escapar del incendio y otra fogata lo esperaria.
Después, pensé si lo leerías. Probablemente estas letras se perderian entre los cientos de mensajes por leer en tu bandeja, como esos que dejé tiempo atrás cuando buscaba que te quedaras aqui sin entregarte mi orgullo en bandeja de plata, ocultando aquel desaliento en frases llenas de ironia. Un par de lagrimas me hicieron entender que debía cerrar ese capitulo, el que en tu historia no ocupo más de una línea en la que seguramente mi presencia solo hizo parte del paisaje.
¿Recuerdas que le temo a los truenos?
Esos que brillan con tanta intensidad que debes cerrar los ojos para no deslumbrarte, que al caer causan que tus oidos retumben por la fuerza del impacto, que incluso cuando se han ido siguen zumbando en tu memoria. Descubrí que eres uno. Tu presencia solo podría compararse a los mitos griegos de Apolo, esa calidez que irradias le brindaba algo de luz a mis días donde solo quería desaparecer. Llegaste a mi mundo para dejar caos, aquellos muros que había empeñado en crear temblaron de miedo por que sabian que si te quedabas iban a desmoronarse. Te fuiste, aunque agradezco que lo hicieras mi cabeza sigue susurrando tu nombre; pero no extrañan aquel personaje que descubrí al final, ese que todos me advertian que eras. Extraño al fantasma, ese con hermosa sonrisa que me hacia maldecir a mis miedos y gritarles que por un momento, solo por un instante, guardaran silencio.
Sigo sin saber como ilustrarte, como recordarte... ¿Debería hacerlo como el que jugó conmigo? ¿como aquel que dejó que el miedo ganara la contienda?
¿Qué eres? Me jurabas ser un libro abierto pero nunca te decifré.
¿El narcisista? ¿el amante? ¿el herido? ¿el músico? ¿el jugador?
¿Por un beso te atreviste a acercarte, pero solo buscabas eso?
Me pediste que fueramos amigos pero luego entendí que no llegamos siquiera a eso, eramos algo extraño, tal vez un rompecabezas incompleto que buscaba aquellas piezas que les habían robado tiempo atrás, que otras almas habían escondido.
No llegué a amarte y lo agradezco, pero si ame esa seguridad que me hacias sentir, pensé que tal vez esa calma me brindaba tu alma podría finalmente sanar la mía. Mi caos buscaba un lugar donde descansar de la tormenta antes de continuar con su larga travesia.
Al principio de nuestro corto relato cree arte contigo en mente, hoy que busco borrarte de mi historia te regalo una última parte de mi ser.
Gracias por permitirme ser parte de tu literatura, espero que tu historia siga siendo maravillosa.
Con cariño.
Val.
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Palabras al viento.
RandomEscritos creados para desahogarme. No tienen relación entre ellos, ni orden establecido. Contienen lenguaje pesado, referencias a estados depresivos, ansiosos, entre otros.