Lo que nunca te dije.

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Hola, pequeña, sé que ahora mismo estás perdida así que me permito darte unos consejos porque nadie te conoce mejor que yo. Seca tus lágrimas y prepárate un té, pon esa playlist que tanto disfrutas busca un rincón en casa donde el sol te toque y lee con atención esta carta  te escribo. Lo primero y quizá más importante es que te tomes tu tiempo para sanar.

Ante todo, sé generosa. El dolor nos convierte en la peor versión de nosotros mismos. No cedas a eso. Sigue queriéndolo como le querías cuando estabais juntos y trátalo en consecuencia. No des de menos, pero sobretodo no des de más. Busca el equilibrio.
Perdónate. Todo tiene un comienzo y todo tiene un final . No hay culpables. No hay errores imperdonables que hicieran que todo acabase. Esto es, simplemente, la vida, a veces se gana otras se pierde, e incluso a veces perdiendo se gana.
Con las mismas, perdónalo.
Cuida tus heridas en las personas que te quieren. En serio. No trates de hacerlo sola porque no puedes. Deja que te quieran y te cuiden. Ábrete con ellos, no tengas miedo a parecer débil. Busca consuelo en sus abrazos y sus palabras. Llora en sus brazos y deja que limpien tus lágrimas con su amor. Ellos son la clave para volver a estar bien.
No te obsesiones con que no volverás a sentir más. Quizás no vuelvas a sentir lo mismo, o quizás sí, aún no lo sé; pero te aseguro que sentirás otras cosas. Aprenderás mucho con esto, crecerás, y descubrirás que hay personas que sí pueden quedarse y pueden manejarte. A pesar de todo la vida es muy bella.
Deja que tu piel disfrute sin sentirte mal. Hay cosas por las que necesitarás pasar y van a doler. No pasa nada. Pasará y todo volverá a su lugar poco a poco. Encontrarás tu sitio, te lo aseguro.
Da las gracias por lo vivido. Libera a la otra persona del peso que le causas... No te imaginas cuánto te pesa el saber que eres una carga: cuando lo liberes a él te sentirás libre tú misma de nuevo.
No tengas prisa. No va a ser cosa de un mes, ni de dos, ni de seis. Quizás hasta te lleve una vida y no pasa nada. Déjate sanar poco a poco y date espacio, date distancia y date tiempo, sobretodo esto último, date tiempo para ti. En esto vas a necesitar esa paciencia que no tienes. Pero la tendrás, vaya que si la tendrás. No te va a quedar otra.
Por último, y aunque te parezca una tontería, no elimines las fotografías ni todo lo que le escribiste,no guardes en una caja en el trastero todos los recuerdos. No borres de un plumazo todo lo que habéis compartido porque cuando la herida cicatrice desearás poder recrearte en lo bueno, y te sentirás vacía cuando te des cuenta de que perdiste parte de ello en el naufragio. Y, créeme, lo lamentarás profundamente porque será como si nunca lo hubieses vivido... no lo tires por la borda pensando que es un peso inútil. No lo es.
Y, sobre todo, no olvides que todo va a salir bien.

Te quiero.