La Chica De Mi Trauma [NUEVA VERSIÓN]

Capítulo 9

Que no se te olvide Votar
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Gray

Los días pasaron mas rápido de lo que hubiera querido, para cuando me di cuenta ya era sábado en la noche.

Sip, pasaron tres días desde el miércoles.

Y aún Cris no habla conmigo.

—Que mierda de vida... —suspiré mientras tecleaba en mi laptop el mensaje de disculpa número 86.

No me gusta esto, odio que Cris no me hable, estoy desesperado, solo quiero escucharla decirme algo ¡lo que sea! Aunque solo sea para insultarme.

¡Sé que sueno como masoquista pero es la verdad!

Estaba por comenzar a escribir el mensaje número 87 cuando mi mamá asomó su cabeza por la puerta de mi habitación.

—¿Te encuentras bien bebé? —preguntó mirándome con un poco de preocupación.

—Estoy súper —nisiquiera me molesté en disimular. Estaba mas consentrado en teclear —¿Por qué preguntas?—nisiquiera volteé a verla.

—Es que te noto un poco triste.

—Vaya.. ¿en serio? —fingi asombro sin apartar la mirada de la laptop.

—Si —se metió completamente a mi habitación y luego se sentó sobre la cama —Las madres tenemos un sexto sentido para saber esta clase de cosas —sobó mi pierna con cariño.

—Wao... ¿El sexto sentido maternal? —arqueé una ceja mientras tecleaba.

—Si —sonrió, luego lo soltó —Además tu papá me lo contó todo.

>>¡Lo sabía!<<

—¡PAPÁ CHISMOSO! —grité a papá que de seguro estaba abajo viendo la TV.

El respondió —¡EN UN MATRIMONIO NO PUEDE HABER SECRETOS!

—Lo que importa es que estoy aquí para apoyarte y consolarte —dijo mamá, desviando mi atención —No me gusta verte triste bebé.

Puse la laptop a un lado y la miré—Tranquila mamá, no pasa nada.

—Si pasa nada —incistió —Sé que extrañas a Cris, no pueden estar peleados por toda la vida.

—Pues parese que ella no entiende eso —dije con una sonrisa triste.

—Dale tiempo, de seguro te perdonará.

Suspiré —Eso espero.

—Ya verás —Me dio un beso en la frente y luego salió de mi habitación con una sonrisa esperanzadora— Ya sabes que puedes hablar conmigo de cualquier cosas.

—Zeeee...

Y seguí tecleando.

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Pasaron los minutos, miré el reloj que decía que eran las 10:30.

Me planteé dos cosas, 1)irme a dormir temprano o 2) escribir el mensaje de disculpa número 127.

>>Supongo que será el mensaje<<pensé. pero entonces mi teléfono vibró sobre la mesita de noche al lado de mi cama.