Tú, mi tortura de todos los días
Mi prisión mental,
Aquel que me enseño a odiar,
En vez de amar,
Tú, eres el monstruo que me aterrorizó
como un niño pequeño debajo de su cobija me dejó
Tú, el que me enseño a escuchar incluso a través de la pared
El que me enseño a no dormir para proteger,
Quien me enseño a no confiar en la humanidad
Y a dudar de la bondad.
Tú, Monstruo
Quien con el silencio me aterrorizó,
Hoy, Te perdono,
Hoy, te digo adiós...
Hoy ya no me pareces grande,
Hoy ya no me pareces fuerte,
Hoy ya no tengo miedo,
Porque ahora yo soy el grande,
Ahora yo tengo el poder,
Ahora entiendo lo que querías robar de mí y
Que nunca podrás tener,
Tú, Monstruo
Ahora solo eres un pequeño monstruo
El recuerdo trágico del pasado,
y que nunca más podrás aterrorizar con el silencio.
Hoy te digo adiós monstruo, ya no podrás dañar más.
Nunca más.
- Linda C. Pérez B.
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Poesía: Florecer "El poético proceso de romperse"
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