Estamos en un mundo muy hermoso como tambien peligroso.. Pero no todo es lindo... Ahora mismo se ve una gran Guerra entre Piratas y el Gobierno... Con El Gran Pirata Barbablanca Liderando
Llego a esta Guerra para salvar a su Hijo Portgas D. Ace del Gobierno...
Pero no fue el Único que Llego a Este Lugar ya que tambien llego Monkey D. Luffy el Hermano de Ace... Luffy al llegar fue enfrentando a enemigos mas fuertes sin importarle si muere.. Lo único que quería era salvar a su Hermano.... Y lo logro... Liberándolo de las esposas que lo aprisionaban.. Como Tambien despertó y uso sin querer el Haki del Rey....
En un momento se puso a pelear con Akainu ya que Ace cayó en los Insultos de Akainu, El en un momento insulto degradando a Shirohige, Y Ace al ser impulsivo se dejó llevar por la ira de escuchar a su Padre ser insultado de ser un Perdedor y un Segundon..
Se ve a Luffy de rodillas, intentando llegar a la Vivre Card de Ace que era uno de sus Tesoros.. Pero al estar distraído no ve que Akainu viene hacia él con la intención de Matarlo.. Y cuando se dio cuenta ya era tarde... Pero ocurrió algo que no se esperaba, Ace se puso al frente de él recibiendo el golpe mortal.... Luffy se quedo en shock y con los ojos perdidos, En eso sintió como algo lo atrajo a su Espacio Mental.
/ESPACIO MENTAL
Luffy estaba abriendo los ojos.
-Ehh, donde estoy? (Pregunto confuso a la nada)
Cuando de repente apareció una persona alta con pelo negro y que tenía una bandana roja como la sangre, lleva una pequeña armadura ya a punto de quebrarse que cubre su abdomen de color verde, tiene dos aletas de protección a los costados del mismo color, con su conjunto lleva espinilleras y brazaletes de tela de color rojo con lineas blancas, tenía un pelaje parecido al de los gorilas de color rojo, una cola del mismo color que rodeaba su cintura, unos ojos intensos amarillos y una cicatriz profunda en forma de X en la mejilla izquierda..
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One Piece: Una Gran Descendencia
FanfictionMonkey D. Luffy... Es hora de despertar tu Sangre chico... Es hora de que El Dios Antiguo despierte