Enemigas con beneficios - Wanda Maximoff

1. Celos

(Aviso: Esta historia es muy 'smut'🔞, no quiero incomodar a nadie..")

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Los ojos verdes se encontraron con los tuyos desde el otro lado de la habitación, los celos y la ira se arremolinaban en ellos mientras te miraba fijamente. Una sonrisa creció en tu rostro por su estado molesto mientras la mirabas fijamente, tu cuerpo moviéndose al ritmo de la música mientras la mujer en tus brazos empujaba su cuerpo hacia ti, respiraciones pesadas se les escapaban a ambas mientras bailaban. Tu cabeza bajó para besar su cuello, un gemido escapó de su garganta que fue ahogado por la música a todo volumen.

"Joder" dijo mientras tus manos se arrastraban por su cuerpo, deslizándose por su vestido corto hasta que encontraste sus muslos expuestos. Tus ojos nunca dejaron de ver a Wanda al otro lado de la habitación mientras le susurrabas palabras sucias al oído de la rubia, su cabeza inclinada hacia atrás para descansar contra tu hombro. Una sonrisa sensual apareció en su rostro cuando tus labios se posaron sobre los de ella, sus respiraciones se mezclaron, una gota de sudor goteaba por tu cuello.

A regañadientes, tu mirada se movió hacia la rubia, sus ojos se llenaron de lujuria mientras miraba tus labios antes de regresar a tus ojos. Reflejaste su movimiento, mirando sus labios carnosos, su lengua lamiendo su labio inferior para humedecerlo antes de que quedara atrapado entre sus dientes y también echaste un vistazo rápido a su pecho, tu posición te dio una vista perfecta de su vestido mientras ella te miró.

Tus manos se movieron hacia sus caderas, guiando su cuerpo para que su frente quedara al ras contra la tuya. Moviste tus caderas al ritmo de la música, las de ella balanceándose con las tuyas mientras sus brazos se envolvían alrededor de tu nuca, su boca se movía para besar la piel caliente. Tus ojos luego volvieron a ver la brujita, ella ahora bailando con un hombre alto, con la cabeza inclinada mientras lo miraba. Casi te reíste de la acción, sabiendo que lo aprendió de Nat para seducir a un hombre y bajar la guardia.

El vestido negro que se adhería a su cuerpo, el negro contrastaba con el fascinante verde de sus ojos y los hacía resaltar. Viste cómo ella agitaba las pestañas hacia él, sus manos bajaban por su cuerpo hasta descansar en sus caderas. Luego, sus manos fueron a sus hombros, moviendo la boca para susurrarle al oído mientras sus ojos se posaban en ti.

Sus uñas se clavaron en tus hombros mientras flotabas sobre ella, tus caderas golpeando contra ella mientras tus ojos miraban sus pechos rebotando con cada poderoso empuje. La correa estaba golpeando todos los lugares correctos en lo profundo de ella, su espalda se arqueaba y te brindaba el acceso perfecto a la vista que tienes enfrente. Tus dientes rasparon juguetonamente la carne sensible antes de que tu lengua lamiera alrededor de su pezón. Sus manos se movieron rápidamente a tu cabello, sosteniendo tu cabeza allí mientras sus caderas se movían al mismo tiempo que las tuyas, los gemidos salían de su boca.

"Oh, mierda" gimió cuando te apartaste de su pecho para arrodillarte, levantando sus piernas sobre tus hombros para que el juguete se hundiera aún más en ella. "Joder! T/n" tus caderas la taladraron, una de tus manos se movió para rodear su clítoris mientras la otra sostenía el muslo que estaba atrapado entre tu cuerpo y el de ella. Siempre estuviste agradecida por lo flexible que era, el ángulo más fácil para ti para alcanzar sus puntos dulces.

Te miró fijamente. Una sonrisa creció en ti "No te atrevas a parar" su tono desesperado y exigente te hizo sonreír. Tuviste la tentación de ignorar sus palabras, reducir la velocidad de tus embestidas y hacer que te suplicara que te movieras, pero cediste y continuaste bombeando el juguete dentro de ella. "Voy a-" la cortaste con un beso contundente, ahogando el grito que brotó de la parte posterior de su garganta cuando el placer estremeció a través de su cuerpo una vez más.