𝓐𝓷 𝓐𝓷𝓰𝓮𝓵

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Los chicos estaban reunidos en la casa de los Wheeler, estaban a cargo de Nancy.

Todos estaban totalmente traumatizados por todo lo acontecido, pero aún así aquella tarde se encontraban sonrientes en su mayoría, dado que estaba preparándose para hacerle una visita a Max en el hospital. El estado de la chica no era como para sonreír, pero sus amigos creían fielmente que si iban felices a verla, podrían transmitirle ese sentimiento ayudando así a su recuperación.

Todos se encontraban con ese ánimo, salvo Dustin. Estaba afectado por Max tanto como los otros, pero además de eso, no podía con el peso de la muerte de Eddie. Max estaba terriblemente mal, pero aún estaba ahí. Eddie en cambio se había ido y nunca regresaría.

Nancy miraba al chico de rizos con mucha pena, pues sabía muy bien lo que él sentía. Perder a Barb había sido un golpe demasiado duro, del cual nunca se recuperó, y nunca se recuperará.

Aunque ella tratara de aferrarse a los buenos momentos, aunque tratara de recordar ese rostro alegre enmarcado por las gafas, no lograba que la angustia, tristeza y enojo por su pérdida desaparecieran.

Barb era su amiga, su gran amiga, la única, de hecho. Había estado siempre para ella, aún cuando discutían, aún cuando las cosas no estaban del todo bien, siempre estaba ahí para ella.

Nancy se sentía tan culpable. Sentía que esa noche podría haberse ido ella en lugar de Barb, y eso es lo que Dustin sentía respecto a Eddie. Tener un amigo que estuvo dispuesto a dar su vida por cuidar la tuya no es algo fácil de sobrellevar. Sabes que nunca podrás devolverle ese gesto, te preguntas si las veces en que le demostraste tu cariño fueron suficientes, piensas que nadie jamás volverá a amarte de tal forma en la vida, y todo el amor que puedan darte los demás se vuelve de alguna manera, quieras o no, insignificante.

Nancy no paraba de preguntarse qué hubiera pasado si hubiera estado para ayudar a su amiga esa noche. ¿Acaso algo habría cambiado? ¿Barb aún estaría con ella? ¿O ambas se hubiesen ido para siempre? Uno no puede saber qué hubiera pasado si, y dicen que uno no debería torturarse con esa pregunta, pero a veces es inevitable.

—Perdimos un amigo hace poco... —empezó a decir Nancy, como si estuviera hablándole a Barb—. Él era particularmente importante para uno de los amigos de Mike, Dustin, si lo recuerdas ¿verdad? No sabes cuánto deseo ayudarlo y poder hacer que se sienta mejor. No quiero que caiga tanto como yo, pero no sé qué decirle, porque en el fondo sé que nada lo va a reconfortar nunca. —y suspiró con pesadez—. Siempre recordará el momento exacto en que lo perdió. Siempre recordará las últimas palabras que escuchó de él. Y siempre se sentirá culpable porque su amigo se fue por tratar de ayudarlo.

Nancy hizo una pausa. Cerró sus ojos y una lágrima corrió por su mejilla.

—A diferencia de Dustin, yo no sé en qué momento te perdí. Imagino lo asustada que habrás estado, y una gran culpa me invade. Siempre recordaré lo que me dijiste esa noche. "Nancy, esta no eres tú", realmente no lo era. Y ahora mismo siento que no soy yo, y que nunca volveré a serlo. No dejo de ver nuestras fotos, todos esos lindos momentos ocupan casi todo mí corazón y yo... —la chica se cubrió el rostro y comenzó a sollozar—. Yo lamento tanto no haberte demostrado todo mí cariño, todo mí aprecio, todo mí amor durante ese último tiempo. No merecía que te quedaras a acompañarme esa noche... ¡Dios! ¿Por qué no te fuiste a casa, Barb? —e hizo otra pausa para calmar su agitada respiración, y apoyó su cabeza contra el respaldo del sofá—. Fuiste, eres, y seguirás siendo mí mejor amiga por siempre. Y sólo espero que supieras que siempre te quise, y siempre lo haré. —dijo eso último en un susurro y volvió a cerrar sus ojos para llorar en silencio.

—¿Nancy? —escuchó a lo lejos—. ¡Hey, Nancy!

La nombrada se levantó rápidamente. Estaba desorientada, pues lo que había bajo sus pies era césped, y un gran sol iluminaba el cielo intensamente obligándola cubrir levemente sus ojos con una de sus manos. Poca importancia le dio al lugar, pues siguió escuchando esa voz que la llamaba y se desesperó. Por un segundo tuvo miedo de que fuera una nueva jugada de Vecna, pero decidió caminar en dirección a la voz.

—¿Barb? —llamó entre lágrimas.

—Nancy... Es bueno verte otra vez. —la nombrada se giró y vio a su amiga. Estaba más bella que nunca. Su cabello brillaba de la forma más hermosa, al igual que sus ojos. Su ropa era muy clara, blanca, también parecía brillar.

—¡Barb! —exclamó la chica y corrió a su amiga sin pensarlo. Cayó de bruces frente a ella—. No sabes cuánto te extraño...

—Lo sé, Nancy, lo sé. Yo también lo hago. —y se agachó a su altura para poder limpiar sus lágrimas.

—Lamento tanto todo lo que-

—Nancy, no puedes seguir viviendo así. —interrumpió Bárbara—. Me duele mucho verte así. Debes parar. Hace un momento dijiste que los lindos momentos ocupaban casi todo tu corazón... Pues déjalos que lo ocupen por completo, para que ya no haya lugar para toda esa angustia. —le regaló una bella sonrisa, y seguidamente le entregó una foto de ambas.

Nancy la tomo entre sus manos con mucho cuidado, omo si fuera algo de lo más frágil que en cualquier momento podría romperse. Dedicó unos segundos a observarla, y cuando levantó la mirada, Barb ya no estaba

Empezó a llamarla. —¡Barb! —gritó y se levantó violentamente del sofá. Su corazón latía rápidamente, sus ojos picaban, y se sentía incapaz de calmar su respiración.

Permaneció mirando un punto fijo en la pared pensando en la mala pasada que su mente le había jugado en ese sueño. Cuando se sintió más calmada se dejó caer en el sofá, y sintió que su mano rozó algo... Y quedó boquiabierta al ver de qué se trataba.

La foto que había visto en su sueño estaba ahí, junto a ella. ¿Podría ser acaso que...? ¿Eso realmente era posible? Normalmente Nancy diría que no, pero después de todo lo que había pasado, nada parecía ser imposible realmente.

—Hey, ¿te encuentras bien? Te escuché gritar. —la voz de Dustin, quien se encontraba en la puerta de la sala, la sacó de sus pensamientos.

—Si, si Dustin, todo en orden... No... No te preocupes. —respondió vagamente con su mirada aún concentrada en la fotografía.

El chico sólo asintió, y cuando estaba por irse, la hermana de su amigo lo llamó.

—Oye... No quiero tocar el tema, pero ha pasado tiempo desde lo de Eddie... —ella pudo notar cómo instantáneamente el muchacho se tensó—. Sólo quería decirte que sé que es difícil, pero no quiero que estés como yo. No quiero verte deprimido y llorando por los rincones, y aunque no conocía mucho a Eddie, sé lo suficiente sobre el para saber que no le gustaría que estuvieras sintiéndote de esta forma. Seguramente pasaste muchos lindos momentos a su lado que deben ocupar casi todo tu corazón... —para ese punto, Dustin ya había empezado a llorar en silencio—. Déjalos que lo ocupen por completo, para que ya no haya lugar para todo esa angustia que cargas. —finalizó ella asintiendo con una gran sonrisa y su rostro completamente empapado de lágrimas mientras acercaba la fotografía a su corazón.

Ambos se dieron un fuerte abrazo antes de ir a ver a Max. Y en el camino al hospital, Nancy sólo pudo pensar en una sola cosa:

Siempre lo supuse Barb, y ahora tengo la completa seguridad de que eres un ángel.

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𝓐𝓷 𝓐𝓷𝓰𝓮𝓵 ; Nancy Wheeler • Barb HollandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora