Cada letra escrita aquí es de mi completa autoría. Espero que lo disfrutes y recuerdes que esto no es más que ficción.
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El embarazo de Jimin llegó de improvisto, al casarse decidieron dejar al destino la suerte de tener hijos y después de dos largos años, la espera iluminó sus vidas.
Aunque no todo fue color de rosa, el doctor dijo que al ser hombre sus posibilidades de perderlo eran mucho más elevadas y que era recomendable guardar reposo, mantenerse en ambientes donde la paz sea lo que más predomine.
Ellos no lo pensaron dos veces, vendieron su departamento y compraron una casa alejada de todo el ruido de la ciudad, en una parte un tanto rural de Seúl, la seguridad del bebé era lo primero, se acoplaron a una vida mucho más tranquila y adecuaron sus vidas y trabajos a su situación.
El bebé nació fuerte y sano, toda su familia se reunió para recibirlo en casa, después de todo era el primer nieto ganándose el cariño de cada uno de los integrantes de las dos familias.
Nadie podía discutir la belleza del pequeño niño, el amor con el que lo protegían sus padres y la vida perfecta que tendría hasta que sucedió aquel accidente.
La neblina no les permitía ver el camino con facilidad, los faros delanteros hacían lo posible para alumbrar el camino hasta que lo que parecían ser solo unas gotas de agua, se convirtió en una lluvia intensa con la que el limpiaparabrisas no pudo competir.
La pista estaba resbalosa, terminaron chocando contra un viejo e imponente roble haciéndoles perder el conocimiento de inmediato.
Jimin no sabía cuanto tiempo había pasado, solo despertó y observó a su alrededor.
Su hijo estaba intacto, pero lloraba asustado, lo suficiente como para devolverle la conciencia, pero no a su esposo.
—Amor, despierta por favor. Debemos salir del auto.—dijo moviendo el hombro del contrario, pero este no reaccionó. La sangre que caía del corte en su cabeza nublaba su vista, pero utilizó la manga de su abrigo para limpiarse y e insistir hasta que, desesperado, abrió la puerta de su lado del auto entre golpes y forcejeos.
Su pierna derecha tenía incrustado un vidrio que no le habría permitido caminar de no ser porque su hijo y su pareja seguían en el auto.
Como pudo, forzó la puerta trasera y lo sacó del asiento para bebés, caminó cojeando aproximadamente diez metros lejos del auto, dejó al pequeño sentado recostado cerca de una roca y volvió por Jungkook, quien seguía sin responder a sus súplicas.
—Resiste, puedes haberlo, no puedes dejarnos, no ahora.—soltó llorando mientras golpeaba la puerta del piloto, la lluvia hacía que sus manos resbalaran, pero logró abrirla y al intentar sacar a su esposo, notó que este tenía una pierna atorada entre todo el desastre.
Aun así no se rindió, sus manos sangraban al incrustarse los vidrios en su piel, pero en ese momento lo que menos le importaba era su propio dolor.
Finalmente, sacó por completo el cuerpo inconsciente del menor del auto y lo arrastró hasta donde había dejado a su hijo, se tumbó en el suelo e intentó despertar al hombre, que no parecía reaccionar ante ningún estímulo.
Unos minutos después, el auto explotó haciendo gritar al pequeño nuevamente. Jimin estaba desesperado, no sabía qué hacer, golpeaba el pecho de su esposo con fuerza buscando la manera de que este pudiera tener algún signo de vida hasta que las sirenas de una ambulancia se escucharon a lo lejos y tomó en brazos a su bebé, llorando y pidiéndole al cielo que Jungkook pudiera despertar.
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Speculum
HorrorJimin y Jungkook decidieron alejarse de la ciudad para que el mayor pudiera descansar y mantenerse en reposo por su salud y la de su bebé, pero el infierno se desata en su casa después de un accidente automovilístico en la carretera que les deja sec...