Calamity

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iván estaba callado, miraba desconfiado a rodrigo, incluso cuando este le pidió ver si tenía lastimadas las muñecas. se lo veía preocupado.

—¿seguro no te hicieron nada? me podés decir, no pasa nada —insistió mirándolo. seguía nervioso, se notaba.

—no me hicieron nada, me tuvieron ahí y decían esperar a alguien —murmuró iván, rodrigo lo miró unos segundos y asintió, dejándolo en paz.

se alejó suspirando entrecortado, pensando en cuánto tardarían en irse o si existía forma de que los encontraran. 

—¿quiénes son? ellos te conocían —preguntó mirándolo.

—no sé, nunca los vi 

—pero te buscaban, ¿por qué? —iván quiso reprimir la pregunta, pero no pudo.— ¿qué les hiciste?

—yo no les hice nada —dijo frunciendo el ceño, mirándolo.— como mucho en unos días seguro se van, no van a durar mucho afuera si hay viento del sur... la lluvias los van a rodear, siempre vienen del mismo lado 

—¿te suena el nombre "eduardo"? —preguntó y rodrigo negó.— supuestamente a él lo esperaban... algo de que él sabía una verdad o no sé, no me dijeron mucho

ahí rodrigo creyó hacerse una vaga idea de quién podría ser, pero no estaba seguro, ni quería pensarlo.

—tengo que cerrar las salidas, ¿me ayudas? —preguntó, levantando del suelo una especie de puerta hecha de tablas.— para que no se vea la luz, por las dudas...

—¿pueden entrar y encontrarnos?

—no creo... es muy extenso, yo a veces me confundo todavía, pero si ven luz, la van a seguir —dijo yendo junto a iván a cubrir otro túnel. 

—¿estos también? —preguntó señalando y acercándose a los más chiquitos.

rodrigo dijo que no, e iván desvió la vista al suelo donde estaba la mancha que había notado mucho antes.

"—¿no fuiste vos el que mató a nuestro compañero, entonces?" 

escuchó un metal caer contra el suelo y se sobresaltó, girando y viendo a rodrigo mover unas barras para asegurar las puertas. 

ahí se acordó del fierro que tenía, con el que lo había amenazado la primera vez que lo vio. estaba apoyado en un rincón, manchado y del mismo color que el suelo. 

bueno, uno más uno es dos.

—¿qué hiciste vos? —preguntó murmurando serio. rodrigo revisaba que las maderas estuvieran bien trabadas.

—¿eh? —dijo empujando con el pie las cosas.

—¿qué carajo hiciste?... algo les hiciste, por eso te están buscando... vos mataste a alguien ¿o no? —soltó iván de golpe, mirándolo. 

rodrigo no supo qué decir por la acusación repentina, se quería defender, negar o cualquier cosa, pero la mirada de iván lo hacía sentir acorralado. 

—no-... —balbuceó y frunció el ceño, quedándose callado.

—¿lo hiciste? 

en los ojos y la cara de iván estaba plasmada la acusación, el cierto miedo y la desconfianza que le volvió a aparecer. tampoco era tan sorpresivo porque, otra vez: todo apuntaba a rodrigo. 

rodrigo no aguantó que alguien además de sí mismo lo mirara así, recriminandolo por lo que hizo. y menos alguien que no sabía el contexto de las cosas.

—si no lo hacía me iban a lastimar, no lo hice porque quise —dijo frunciendo el ceño, a la defensiva otra vez.— me tuve que defender

—esto está mal... nos van a matar si nos encuentran —susurró, procesaba todo muy despacio.