SITUACIONES EXTRAÑAS

DARK CIRCUS

Muy, muy lejos de aquí, en un lugar donde reinaba la flora y la fauna, más no los humanos existía un circo. Para la gran mayoría un circo causa risas, emoción, euforia y sorpresa en sus espectadores al ser un sitio donde reina la magia y lo sorprendente.

Digamos que este circo no era tan diferente, ya que en este también reinaba lo mágico y sorprendente. Lo único que lo hacía diferente y único al resto eran sus atracciones, sus espectáculos eran diferentes a cualquier otro ya que cada persona, en cada atracción era tan única.

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En un pueblo cercano al bosque, un lindo niño de aproximadamente 12 años se encontraba en el mercado del pueblo, su madre le había mandado a comprar 5 piezas de pan, el niño sonrió y obediente hizo diligentemente la tarea que su madre le ordenaba sin importar que el mercado quedará muy lejos de su casa, haría lo que fueran con tal de complacer a sus padres ya que los amaba más que a nada y ellos lo amaban a él.

Ahora el niño salía de la panadería con el pan en una bolsa de papel color café, no podía evitar su hambre, por lo que le dio una mordida a un baguette. Al mirar a la gente pasar por la avenida, pronto se avecino un carruaje, un hombre de sombrero alto y vestimenta negra era el encargado de tomar las riendas de dos caballos negros, pero eso no fue lo que impresionó a él niño, ya que del carruaje se asomaba un lindo rostro de sonrisa cuadrada. Realmente se sintió embelesado y más cuando el carruaje pasó frente a él, sintió el tiempo detenerse al cruzar miradas con el de la linda sonrisa, cuando el de dentro lo vio ensanchó aún más su sonrisa y sin pensarlo dejó caer un papel.

Cuando el papel cayó al suelo, el niño que comía el pan sintió el tiempo volver a su curso, el niño de linda sonrisa ya no se asomaba y él curiosamente fue a la avenida para recoger el papel, este estaba doblado, por lo que al des doblarlo pudo visualizar un panfleto

"DARK CIRCUS: VENGA A VER POR SU CUENTA LAS GRANDES SORPRESAS QUE ESCONDE NUESTRO CIRCO" se leía en el papel, con letras grandes y con una caligrafía llamativa, pero no tan llamativa como el interesante dibujo de la carpa de un circo.

El niño sonrió y guardó el papel en uno de sus bolsillos corriendo felizmente a casa.

Entregó el pan a su madre para poder almorzar juntos, al hacerlo el niño sintió la noche aproximarse, por lo que sin rechistar se fue a la cama, cuando estuvo entre las cobijas recordó el panfleto y lo sacó de sus diminutos bolsillos para admirar una vez más la tan tentadora oferta

-¡Lindo niño, lindo circo! - exclamó mientras daba vueltas en su cama - ¿tendrá lindas actuaciones? - al preguntarse aquello, su mente comenzó a trabajar al imaginarse como el niño de linda sonrisa era parte de los actos, tal vez sería un lindo payaso que rocía agua con el prendedor de flor que claramente tendría en su saco, tal vez sería un domador de leones o tal vez sería un trapecista - sería genial visitar un circo, todos en el pueblo dicen que son buenos, pero yo quisiera experimentarlo por mi cuenta- haciendo un puchero, fue a mirar el exterior de su ventana, al vivir en el bosque le gustaba admirar los animalitos nocturnos, ya que para él no había nada de que temer en la obscuridad.

Al buscar algo interesante con la vista pronto vio un redondo y brillante globo rojo flotando bajo, quedándose estático -sería lindo conservar ese globo

Sin pensarlo saltó de la ventana, no había peligro para él ya que estaba en un primer piso. Al estar fuera de su casa caminó hacía al globo y quiso tomarlo del lazo que colgaba, pero antes de tocarlo este yacía avanzando dentro del bosque

- ¡Ay no! - exclamó el niño que perseguía el globo, cada vez que fallaba al tomar el globo miraba hacia atrás, dándose cuenta que a cada paso se alejaba de su hogar -no debería seguirlo señor globo, mis padres me regañaran - el globo se acercó a él y con suavidad se restregó en la mejilla del niño como si tuviera vida, el niño inconscientemente sonrió -está bien, pero debo volver pronto-