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—Caballeros prepárense para el próximo espectáculo.
Al oír mi nombre por los altavoces mi corazón empezó a latir desesperado,cada noche tenía que acostumbrarme a los rugidos de leones fieros que me devoran con la mirada.Que pena por ellos pero a esta reina solo le gustaban hombres de verdad.
antes de salir del camerino me eche un vistazo para comprobar que estuviera bien organizada,no pude apartar la mirada de mi, habeces presentía que estaba enamorada de mi misma,es mejor amarte a ti que amar a alguien que se va a ir en cual quier momento.Siempre había pensado eso sobre los hombres desde ese entonces solo tenía ojos para mi misma.
Mi mirada se dirigió a Leila la cual estaba acostada en el sofá de nuestro pequeño camerino donde solíamos prepararnos antes de salir a bailar.Ella parecía estar en otro mundo con la mirada en su bote de pastillas Tomaba tranquilizantes todas las noches antes de los espectáculos.Nunca le gusto este lugar y menos trabajar de esto sabiendo que su hijo pequeño de tres años le esperaba en casa.
Esta noche habíamos contratado a una niñera ya que nos había tocado turno de noche,no solía pasar ella trabajaba días distintos a los mios lo cual me daba la oportunidad de encargarme de su pequeño hijo que para mí era como el sobrino que nunca había tenido.
Desde el momento que la conocí sentí una conexión con ella me sentía como su hermana mayor como si ella fuera una pequeña niña perdida en un mundo lleno de odio.Siento la necesidad de protegerla y tenerla a mi lado para asegurarme de que está bien.
—Princesa tu pequeño angelito está bien,esa muchacha a la que contratamos es de confianza– Supe que lo que la tenía así de angustiada era su hijo,era normal.
La ayude a levantarse del sofá riéndome a carcajadas cuando casi se cae de cara al suelo.
—Eres una estúpida Vero–se empezó a reir como si no hubiera fin.
Como me gustaba verla reírse así,siempre tenía la mirada perdida y su expresión era sería aún así teniendo una cara muy tierna.
Salimos del camerino agarradas de la mano.Pase mis dedos por su cicatriz que se expandía por toda la palma de su mano,era algo que la marco para toda la vida.
Nuestros oídos se llenaron de silbidos,aplausos y gritos de hombres desesperados,era lo mismo que ver a una manada de perros hambrientos,era tan fácil sacarles dinero de los bolsillos con un solo baile,por más que no me gustará pensarlo ese dinero que ellos nos daban era lo que me hacían vivir día a día.Eso era lo que nos unía a los hombres y a las mujeres "la necesidad del uno al otro".
Deje que mi cuerpo se moviera por la barra libremente llenando mi corazón de euforia y poder,este era mi lugar preferido,una maldita barra de metal que hacía que cada día me sintiera más poderosa.Cada persona tiene su droga preferida la mía era está...por ahora.
Terminamos el turno con el bolso hasta arriba de billetes que hasta me costaba encontrar las llaves del carro.Mi precioso tesoro.
—Vero ayudame a quitarme está mierda de vestido–dijo estresada por lo apretado e incómodo que era.
