Accion de Gracias MJ y LMP

Capitulo 4

Lisa se puso de lado, necesitaba esconderse de su mirada. Podía sentir las lágrimas venir. Se sentía tan vulnerable. Su felicidad la asustó, porque tenía miedo de que fuera solo en el momento, temporal. Por la mañana se iría y eso sería todo. Esta fue precisamente la razón por la que ella le había dicho que había terminado hace unos días. ¡Huh, eso había durado mucho! Su determinación había durado tan poco tiempo, estaba tan débil porque aquí estaba de nuevo, desnuda en la cama con él.

Lo sintió acurrucarse detrás de ella, acariciando su cuello. "Eres tan increíble, Lise. Me haces sentir tan viva, tan deseada. Te amo chica. Nunca te dejaré ir.

Quería desesperadamente creer esas palabras, pero las había escuchado tantas veces: en Londres el año pasado, en Sudáfrica unos meses después y en cualquier otro momento en que él pasaría la noche en su casa. Esta vez dijo que iba a ser diferente. ¿Pero cómo?

"Umm... necesito tomar un trago", dijo, escabulléndose de su abrazo y sentándose. Se puso una bata y se levantó de la cama. "¿Quieres algo?"

"Solo tú... de vuelta a mis brazos lo antes posible", sonrió.

Bajó las escaleras hasta la cocina y se sirvió un vaso de jugo. Decidió conseguir uno para él también, él podría decir que no tenía sed, pero ella sabía que a veces era negligente con los niveles de hidratación. Tomó el vaso y volvió a subir las escaleras. "Toma, te traje un vaso de jugo de uva. Necesitas mantenerte hidratado".

"Lise, eso es muy dulce de tu parte, gracias". Se lo tragó de una sola vez. "¿Vuelves a la cama?"

Dudó y se acercó a la ventana, mirando el cielo nocturno. Ella lo escuchó moverse y unos segundos después sus brazos la envolvieron. "Tienes dudas, ¿no?"

¿Era simplemente un libro abierto? "Estoy bien."

"No, tus miedos te están carcomiendo. Puedo ver la tensión en tu cuello, veo las lágrimas que estás conteniendo. ¿Sabes lo culpable que me hace esto? Pensar que soy la causa de tu inseguridad y miedo."

"Michael, por favor, no arrastremos esto ahora".

"Lise, acabamos de hacer el amor y fue increíble y, sin embargo... después sentí que estabas a un millón de millas de distancia. Dime, niña, ¿cómo puedo hacer que confíes en mí? Odio que te atormentes así.

Se giró para mirarlo y se dio cuenta de que estaba de pie frente a ella desnudo. Ella había asumido que él se pondría una bata o algo así. Ella se sintió completamente distraída y le pidió que la cubriera. "¿Algo malo con la vista?" sonrió.

"Esto no es divertido, Michael, ¿cómo puedes esperar que tenga una conversación seria si estás... bueno, si no estás vestido?"

"Según recuerdo, Lise, tú eras la que insistía en que no necesitaba pijamas", dijo, rebuscando en su bolso y poniéndose un par. "Entonces, ¿puedes responder mi pregunta ahora?"

"Michael, me dijiste que esperara hasta el Día de Acción de Gracias. Seré honesto y diré que no tengo muchas esperanzas. Estoy tratando de vivir el momento, disfrutar de lo que tengo ahora, porque quién sabe lo que puede traer el mañana".

Cerró el espacio entre ellos, atrayéndola a sus brazos. Ella apoyó la cabeza contra su pecho. Se sintió soñolienta. Le encantaba estar en sus brazos. Se sentía tan segura y cálida. "Te quiero mucho", dijo ella, comenzando a llorar. Tanto duele, Michael. ¿Entiendes ese tipo de amor?

"Sí, Lisa. Porque eso es lo que siento por ti."

Ella buscó. "Entonces, ¿por qué ha sido tan fácil para ti?"

"¿Qué ha sido tan fácil?"

"Saliste por la puerta, seguiste adelante, dejaste embarazada a Debbie y eso fue todo".

"¿Crees que algo de eso fue fácil para mí? Lisa yo estaba en tormento. Cada noche me quedo despierto deseándote, necesitándote. Dios, cómo te echaba de menos. Hubo tantas noches en las que lloré hasta quedarme dormida".

—Quería que volvieras, Michael. Realmente no quería divorciarme, fue un terrible error. Si tan solo me hubieras dado una segunda oportunidad, si tan solo me hubieras escuchado.

"Ambos fuimos tercos, Lisa y cometimos muchos errores. Pero te prometo que los errores se van a corregir".

"¿Cómo?" preguntó, entre lágrimas.

"Paciencia, Lisa. Confía en mí."

"Todo se revelará en Acción de Gracias, sí, sé que me lo dijiste. Pero he sido muy paciente. ¿Sabes por lo que he tenido que pasar?

"Sí, Lisa, puedo imaginar que ha sido horrible para ti. Lamento haber sido tan egoísta".

¿Había oído bien? ¿Se había llamado a sí mismo egoísta? ¿Había dejado de girar el mundo? ¿Estaba alucinando?

"¿Puede repetir eso?"

"Dije que lo siento por ser tan egoísta. ¿Lo quieres por escrito también?

"Bueno, entonces podría enmarcarlo y colgarlo en la pared".

Ambos comenzaron a reír. Se sintió bien. Enterró su rostro en su delicioso cuello. Lo lamió, disfrutando del sabor salado y sudoroso. "Moriré si me dejas", dijo. Me marchitaré. No puedo sobrevivir más."

La atrajo con tanta fuerza contra él que apenas podía respirar. Nada de eso, Lisa. No voy a ninguna parte. A partir de ahora vamos a estar juntos, eso te lo prometo".

"¿Realmente juntos? Quiero decir, ¿no solo citas casuales y viajes al extranjero?

"Realmente juntos", confirmó. No tenía idea de cómo iba a lograr esto. Era muy tentador hacerle ilusiones, pero se reprendió a sí misma. Debbie Rowe era un gran obstáculo para cualquier posibilidad de que estuvieran juntos... a menos que Michael fuera una especie de hacedor de milagros, cualquier posibilidad de una relación comprometida parecía escasa. A menos, por supuesto, que estuviera dispuesta a seguir desempeñando el papel de amante. ella no estaba Pero no quería estropear el momento, así que no aireó sus pensamientos.

—Volvamos a la cama, Lise —sugirió—. Ella asintió y lo siguió. Mientras subían, ella suspiró.

"¿Qué ocurre?"

"No creo que necesites esos pijamas después de todo".

"¿Sabes que? ¡Creo que tienes toda la razón!"

Momentos después, ella lo había despojado de ellos y estaba arrastrando una ardiente llamarada de besos por su torso y abdomen. Estaba completamente intoxicada, simplemente no podía tener suficiente de este hombre y parecía que el sentimiento era mutuo. La volteó sobre su espalda y la asaltó con profundos y apasionados besos que le robaron el aliento y la volvieron totalmente incoherente.

Y luego fueron uno, unidos en la danza de la pasión, moviéndose al unísono, dando y recibiendo, llevándose el uno al otro a nuevos niveles de placer y éxtasis. Ella gritó su nombre, echando la cabeza hacia atrás con salvaje abandono cuando alcanzó su punto máximo. Ella tembló mientras se aferraba a él mientras él se convulsionaba en sus brazos, repitiendo su nombre una y otra vez. Qué bien se sentía, qué profundamente satisfactorio. Incluso si fuera solo por esta noche, él era suyo y nadie podía quitárselo.