Existió una vez un reino pacífico y hermoso, lleno de criaturas diferentes y de hermosos paisajes; un reino donde la sangre derramada no inundaba la tierra y la guerra era algo lejano y absurdo. Un reino tranquilo y feliz.
Hasta qué los serafines llegaron a cambiarlo todo...
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-Shhhh! Nos van a ver!-
-Cállate y escóndete-
Con el sol resplandecíente firmemente posado en el amplio y despejado cielo azul, una agradable brisa veraniega soplaba, moviendo y balanceando las flores de requiem esparciendo su dulce perfume, las evangelinas revoloteaban y se arrastraban con su singular sonido hish-hish, endulzando en conjunto una bellísima tarde.
Y entre la hierba, un grupo de pequeñas quimeras se susurraban agazapadas tras las chozas de su tribu.
-Si nos descubren considerare muerto Mared-
-¡¡¿Yo?!!, ¿de quien fue la idea?, no se si recuerdas o esa peluda cabeza tuya ya no funciona pero tu nos metiste en este embrollo-
Ambos niños (porque eso eran aún, simples niños) discutían fulminandose fieramente con la mirada, sus palabras podrían haber soñado como una secuencia de bufidos y débiles balidos a oídos de extraños, pero para ellos eso era tan fácil de entender e interpretar como el respirar, después de todo era su lengua, la lengua de su tribu.
-MENTIROSO! El que sugirió llenar de gusanos la choza de Amir fuiste tu-
-Se lo merecía, es un idiota como tu-
-no más que tu- Ambos chicos se lanzaron al frente y comenzaron a pelear a golpes y empujones de sus enroscados cuernos de carnero tan comunes entre su familia. Tareq que ya estaba tomando carrera con las garras de sus patas de lagarto golpeteando al correr dispuesto y más que listo para taclear a su hermano, se detuvo con el estridente grito.
-¡¡¡BASTA!!!- La voz lo sobresaltó tanto que lo hizo quedar paralizado justo donde estaba, al igual que a Mared. Recordando que no estaban solos, ambos, voltearon a ver a su acompañante, encontrandose con una mirada gélida y sumamente seria de sus ojos de lagarto. -¿Qué rayos están pensando? ¿son tontos o que?, ¡JAMAS ME DIJERON QUE SU TRAVESURA HABÍA SIDO ENGUSANAR LA CHOZA DE AMIR!-
-Pero Brims...-
-¡NADA DE BRIMS! ¿realmente están locos? -
Molesto, el tercer niño miro a fijamente a sus dos torpes amigos, más que eso, sus dos dementes y suicidas mejores amigos. Tareq y Mared, los gemelos hijos del curandero de la tribu. Ambos eran tan traviesos como su padre de hábil, diario estaban metidos en algún lio, y Brimstone, que los acompañaba siempre ( como espectador obviamente), sabia mejor que nadie lo bien librados que salian de sus proezas, pero esta vez deliraban si creian que saldrian impunes...
Amir, o el "presuntuoso santurrón" como ellos lo habían apodado, era tal y como lo describía el significado de su nombre, el príncipe de la tribu Aasia, una de las tribus quiméricas de las llanuras de Aranzu en Erentz. Hijo del gran líder "Archarya", el mocoso era un inútil a pesar de todo, pues mientras su padre además de lider, era un guerrero grandioso, el, apenas y lograba sostener un cuchillo para limpiarlo sin que le temblara la mano; aunque eso no lo detenía a la hora de alardear de lo fuerte y poderoso que llegaría a ser...
-"No es más que una astilla molesta entre las garras, tan inútil como un cuerno roto" - rezongaban los gemelos siempre que debian soportar sus alardeos,pero... ¡ese no era motivo suficiente para que hicieran lo que habían hecho!, si bien Amir no era más que un niño mimado, seguía siendo el hijo de Archarya y si el líder se enteraba, los chicos no lo pasarían nada bien.
-Vale, ¿que cantidad de gusanos metieron a la tienda de Amir exactamente?
- Tres tarros llenos y una pizquita más... -
- Y supongo que consiguieron esos gusanos de la botica de su padre ¿cierto? -
- ....-
El silencio de los niños le proveyó de la respuesta que ya se esperaba.
Arrepentidos por su acción, los dos gemelos se limitaron a agachar la mirada, temerosos de una reprimenda más larga por parte de su amigo, sin embargo esta no llegó; más que molesto, el pequeño Brimstone estaba preocupado por las consecuencias que aquella travesura pudiera acarrearles y por ello mismo se paseaba silencioso de un lado a otro, meditando en las posibles soluciones que podrían darle al asunto; agh... a veces tener amigos así resultaba bastante agotador.
Tras unos angustiantes instantes de meditación sin frutos, el chico comenzó a frustrarse, pensando intensamente en una manera, una simple idea que pudiera salvar a los traviesos del castigo, pero nada llegó y para su mala suerte, justo en aquellos momentos, el agudo balido que recorrió las llanuras enteras les indicó que el joven príncipe había llegado a sus aposentos.
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La histora de Brimstone el esclavo (hija de humo y hueso)
RandomAntes de las resurrecciones, antes del la historia de amor imposible de un ángel y una quimera que se atrevieron a imaginar un mundo diferente, antes de la muchacha de Praga con cabello azul, incluso antes de la guerra; Existió un muchacho quimérico...