Casa

389 9 1
                                    

Lemon Yuri 🔞

Un dulce y enérgico sonido salía de la boca de una sexy pelinegra, increíblemente exitada por lo que estaba viviendo; una gran ola de placer estaba pasando abajo en el punto más sensible para ella, mientras temblaba por las suaves caricias de la hermosa Hokage.

-S: T-Ts-Tsunade- Sam-a.
-T: No digas nada, ¡¡Zorra!!
-S: Maldita sea me estoy corriendo. Siga así ¡mami!
-T: Ves como puedes callarte cosas triviales y hablar lo que en serio vale la pena? Gimeme zorra, ¡¡gime!!
-S: Oh, si, así mami así. Continúa justo así, mamacita me encanta.

Shizune sabía lo salvaje que se volvía su Tsunade-sama en la cama cuando hacían el amor. La magia de esos momentos consistía precisamente en esa salvagidad y en la sumisión de cada una. Sobra decir quien jugaba cada rol. Lo verdaderamente importante, es que ambas disfrutaban por igual de aquella pasión que las envolvía tan intensamente que era inevitable salir corriendo a buscar un lugar donde atenderse mutuamente cuando sus miradas cómplices chocaban, miradas que solo ellas conocían y entendían a la perfección, miradas que comunicaban un mensaje único y directo -Hagamos el amor-. No importaba dónde estuvieran, ni con quién ni el cuando, solo la forma en que sabían escabullirse y encontrar lugares para satisfacer los deseos físicos que de pronto surgían, más aún considerando el hecho de que Tsunade era una mujer voluminosa con un cuerpo envidiado por las mujeres, y deseado por cualquier hombre que la mirara. Pero eso a Shizune la tenía sin cuidado, pues confiaba en su rubia y en el deseo que le mostraba cada que se tenían gimiendo de placer la una a la otra a través de profundos besos y caricias.

- No hay lugar en tu cuerpo que no haya Sido recorrido por mi. Muñeca -A Tsunade le enorgullecía saber que había sido la primera y única en gozar de la virginidad de Shizune, y se humedecía de tan solo pensar en esa primera vez teniendo sexo con la que antes llamaba su "mejor amiga".

Está vez, se encontraban a solas con una cama enorme que era propiedad de la sexy Hokage, al igual que la casa entera. El lugar favorito de ambas para comerse, siempre había sido esa casa, pero rara vez disfrutaban de momentos ahí a solas, pues por ser Tsunade muy buscada en todo momento, no le quedaba más que pasarse los días en la oficina del Hokage, oficina cuyas paredes eras testigos de lo que pasaba entre las dos hermosas mujeres cuando de pronto no había nadie, y procedían a cerrar la puerta con triple llave.

-S: Me fascina hacerlo en esta casa, es más lento y podemos tomarnos el tiempo que queramos sin preocuparnos por ser descubiertas, Mi Lady.
-T: Quieres decir que no te gusta cuando lo hacemos rápido?
-S: Oh no!, hacer el amor contigo siempre es tan delicioso, sea cual sea el lugar.
-T: Estas segura?
-S: Por supuesto Mi Lady, solo digo que mi lugar preferido es aquí, puedo besarte con mucha calma, y la forma en que me tocas siempre es tan rica que odio suprimir mis gritos en la oficina.
-T: En eso estoy de acuerdo, me inspira escucharte gemir, ese sonido es incluso más excitante que ver a  cualquier mujer desnuda.
-S: Es necesario usar ese tipo de ejemplo?
-T: Lo siento, estoy excitada, tanto que no creo poder contenerme, necesito que me beses.
-S: En que mujer desnuda pensó?
-T: En nadie, solo era un ejemplo
-S: En Sakura tal vez?
-T: No digas tonterías Shizune. Anda, besame y calma mis deseos de tenerte.
-S: Usted me tiene, Mi Lady, me tiene siempre a su merced.
-T: Bésame Shizune, bésame, como solo tu lo sabes hacer.
-S: Acaso a probado con alguien más y no le ha gustado, es por eso que dice que solo yo sé hacerlo?
-T: ¡Suficiente! Deja de jugar conmigo.- Tsunade tomo a Shizune del cabello, e hizo girar su cara hacia la suya para juntar sus labios. La besó desenfrenadamente envolviendo su lengua con la suya, haciendo movimientos con esta de arriba hacia abajo y paseandose por todo el interior de la boca de su celosa mujer.
-S: Suelteme, creí que quería que yo iniciara el beso -Intentaba safarse del agarre de Tsunade, se jalaba a sabiendas de que su nivel de fuerza estaba muy por debajo del de la mujer que la tenía sometida ante su lengua, besándola con la boca muy abierta, como hambrienta lo que Shizune tenía dentro su boca.
-T: Callate! Ni creas que te voy a soltar, no voy a parar de besarte hasta haberte hecho el amor otras 15 veces. Más vale que te vallas preparando porque no voy a tenerte piedad. Sabes que me prende verte celosa y posesiva conmigo. Ahora vas a atender mis deseos. Deseos que tú provocaste mami.
-S: Me pone mal saber que pensaste el cuerpo desnudo de otra mujer. ¡No me gusta!
-T: ¡Cállate! No te atrevas a alejar tu maldita boca de la mía, eres mía Shizune. Nadie me prende como tú, nadie nunca va a llenarme como lo haces tú, tu hermoso cuerpo es único, me gusta cada parte de él. Eres totalmente mía, y nadie nunca cambiará eso.
-S: Continúe...
-T: Vamos reina, también dame amor. Tócame, besame. Follemos de nuevo.
Shizune tomó uno de los enormes senos de la rubia y lo comenzó a chupar, era tan grande que apenas y cabía la punta de este en su boca, saco la lengua y comenzó a lamer al rededor, provocando suaves gemidos en SU Tsunade-sama, quien tomó su cara y la levantó para observarla directamente. Sentía su vagina mojarse mirando esa escena, tratando como siempre de grabar cada detalle en su mente para luego reproducirla nuevamente en un vídeo interno. De esta forma se complacía a si misma cuando estaba necesitada de la mujer que tenía enfrente, y ella no se encontraba cerca.
Luego de dejar rojos ambos senos de tanto lamer y morder, Shizune procedió a retirar las bragas de su hermosa mujer; con cuidado miro aquel coño rosado que ya estaba mojado, alertando así la enorme exitación de la rubia. Introdujo su pulgar en el apretado orificio, Tsunade por su parte estaba disfrutando, pero quería más, en eso eran diferentes. Mientras que a Shizune le gustaba tomar las cosas con calma, besar y saborear sus partes con toda lentitud, Tsunade prefería el sexo rápido, e incluso violento, pero lo que sentía por Shizune, la hacía dejarse llevar por esa otra forma de pasión.
El trasero enorme de Tsunade-sama es demasiado excitante y delicioso ¡Joder! Que ganas tengo de comer cada rincón, pero debo saborear. Con calma, lento. Disfrutar como buena comensal de esta gloriosa mujer. Joder, este coño siempre me moja con solo verlo. Su culo es tan grande y apetitoso... No resisto más.
Shizune acomodo a su rubia en la cama, volteandole la cara hacia arriba, y procedió a montarla, comenzó el frote de su clítoris contra el duro abdomen de Tsunade, suave pero continuo, con movimientos de enfrente hacia atrás al ritmo que ambas disfrutaban, mientras poco a poco aumentaba la velocidad de sus movimientos. Tsunade por su parte, tomo la cintura de su sexy pelinegra, y luego de dejarla lucirse por un rato, la empujó haciéndola caer al otro lado de la cama, y procedió a subirse en ella, le susurró -ahora va la mía, muñeca-
Tsunade besó su cuello, la abrió de piernas, y le inserto un dedo en la vagina, poco a poco introdujo otro, y continuó hasta haberle metido 4 dedos juntos. Nada la mojaba tanto como ver la cara de Shizune sonrojada y disfrutando. Tomó su mano y la introdujo en su propio coño, sin sacarle sus cuatro dedos. Comenzó a mover sus caderas rítmicamente de adentro hacia afuera, provocando aún más placer en Shizune, quien al igual que ella ambicionaba aún más, por lo que mojo su otra mano con sus propios fluidos, que salían a chorros por los dedos en movimiento de Tsunade, y se limpio en sus senos. Al ver eso la rubia salivó tanto que no pudo contenerse de lamerlos. Shizune gemia y aumentaba los movimientos con su mano en el rosado coño de su mujer, quien correspondía y aumentaba la velocidad con la que metía y sacaba los dedos que le tenía introducidos, y con su otra mano apretaba ese trasero que le parecía tan suculento. Ambas se retorcían y gritaban.
-T: Sigue mami, sigue, hazlo más rápido no pares
-S: No pare por favor! Tsunade-Sama, estoy terminando
-T: Termina muñeca. Continúa y termina.
-S: No lo soporto más, ya no!!
-T: Te digo que lo hagas!! Déjamelo todo mami, hazlo! Yo tampoco puedo más.
Una oleada de éxtasis invadió el cuerpo de ambas mujeres, sus gritos libres eran gloria para ambas por su propia parte. Con las piernas temblorosas y exhaustas, se tumbaron en la cama, sin separar sus desnudos cuerpos, ya acostadas se abrazaron. Tsunade tomo una cobija y acurrucó a su nena con ella, haciendo debajo de las cobijas como un espacio para ambas. Abrazó su suave cuerpo y sintió como su abrazo era correspondido. Se sentían briagas de tanto éxtasis. Se besaron con tal pasión que de no estar tan agotadas por su arduo día de trabajo, y su posterior encuentro, hubieran vuelto a iniciar esto último desde cero. Y así concluyeron el día. Acurrucadas y descansando por fin, con la enorme casa como único testigo de lo que sucedía entre ellas cada vez que entraban al lugar juntas.

HISTORIAS CORTAS TsunaShizuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora