Foto

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En mi mente solo puede reproducirse una imagen, misma que me gustaría tener enfrente; en vivo y a todo color.
Hace rato, como de costumbre, me encontraba trabajando en la oficina de Mi Lady Tsunade. Mientras organizaba el papeleo que la señorita tenía arrumbado entre cajas con libretas y fotos viejas y polvorientas, me encontré con esa foto que por más que intento no puedo sacarme de la cabeza aún ahora. De hecho, precisamente ahora que vuelvo a pensar en ello, regresa a mí está sensación de humedad justo por debajo de mi vientre, nada se siente tan bien como atender a mi propio cuerpo, dándome ligeros masajes al rededor de este bulto que se encuentra más mojado que de costumbre. Pero ya me salí del tema, estaba hablando de aquella foto, por accidente tire la caja que la contenía, y por inercia eché un vistazo. Casi me caigo de la impresión por lo que ví, digo, ya estaba consiente de que mi mejor amiga, maestra y compañera era una mujer voluminosa y sexy, pero nunca antes la había mirado con una ropa que le hiciera resaltar todos esos atributos que la caracterizan. No se me ocurrió otra cosa más que tomar la foto y correr al baño a atender las súplicas de mi vagina, que me pedía a gritos ser restregada en el precioso cuerpo que mis ojos veían, lo cual, para mí mala suerte, era prácticamente imposible de cumplir. Por ello, no tuve más remedio que bajar mis bragas y acariciar ferozmente este bulto que ahora mismo me encuentro estimulando por novena, o décima vez. Y es que después de hacerlo en el baño, no puedo parar. Tuve que correr a casa dejando mi trabajo a medias, para atender lo más pronto posible a mi propio cuerpo. No puedo, por más que lo intente, no puedo dejar de pensar en la deslumbrante hermosura de mi preciosa hokage; su pelo rubio, su piel lechosa, sus labios, sus rojos labios. Estoy ardiendo y no puedo parar de tocarme. Mientras más pienso en ello, más difícil me es apartar mi mano de mi vagina. Lo único que deseo en este momento es tener a Tsunade-sama entre mis brazos, apuesto a que me permitiría besar sus bellos labios profundamente hasta agotar mi lengua. Me gustaría no solo besarle la boca, si no también esos bellos pezones de miel que son tan enormes y jugosos. Nada me haría más feliz que sentirme suya, y hacerla mía. Estas almohadas apiladas en forma de torre servirán para montarme en ellas e imaginar que mi Lady es quien está debajo de mis piernas, continuo inconscientemente pensando en ella, en su cuerpo, y como no hacerlo si la simple imagen en mi mente, me produce una excitación profunda, que me permite a su vez, fantasear con ella en mi cama, haciendole en amor salvajemente, mientras le declaro mis sentimientos por ella, y le pido a gritos que me haga completamente suya. Si me lo permitiera, le abriría esas hermosas piernas suyas, y lamería todo ese jugoso coño que me encantaría probar, me montaría en ella, restregando toda mi intimidad en la suya. Cómo me encantaría correrme con ella. Definitivamente le daría la cogida de su vida.

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⏰ Última actualización: Dec 08, 2022 ⏰

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