-En un día normal y corriente como siempre, Ezequiel y Fabricio se encontraban en el gimnacio, por petición de Eze.
Los dos se habían conocido en el ya dicho lugar. Mutuamente creían que el contrario era bastante simpático al parecer de ambos, ocasionando que se creará una amistad un tanto peculiar..
Al pasar de las semanas, meses e incluso años y llegaron a tomar la drástica decisión de vivir juntos en la mansión familiar de Fabricio. Cada quien yacía de una habitación personal.
Para el ojo de los demás ellos dos eran como mejores amigos, pero lo que nadie sabía era que ambos estaban enamorados del otro. Sabiendo esto Ezequiel aprovechaba que Fabricio era solamente para él y lo gozaba al máximo. Cada vez que se encontraban juntos, en una habitación y a oscuras hacían el amor con diversos métodos. Pero entre los favoritos se encontraban los juguetes sexuales que hacían a los ya mencionados opacar los vidrios del calor, llenar de gemidos y demás sonidos obscenos un cuarto vacío pero a desbordar de amor.