Prólogo

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Que nervioso se sentía, le temblaban las piernas. No recordaba, o eso creía, haber pasado un día tan emocionante como ese. Su cumpleaños número doce.
No podía dejar sus manos quietas y se mordía el labio, nervioso.

Sí, estaba nervioso. Su padre le había dicho que su regalo estaba escondido en las caballerizas. Se podía imaginar perfectamente cuál era su regalo.

Respiró profundamente y entró al lugar completamente sola. Aquel familiar olor a caballo y paja entró por su nariz. Lo respiró aún más... quizás fuera la última vez que lo hiciera.

Entró del todo y miró a su alrededor, para luego volver a mirar hacia el frente. Su regalo estaba allí. Una amplia sonrisa surcó su rostro, y sin poder evitarlo apresuró sus pasos hacia él.

Siempre quiso un caballo blanco y al fin lo tenía. Mordió sus labios de nuevo, y comenzó a disminuir el paso. Un nuevo sentimiento acaparó toda su emoción. Miedo.

Tenía miedo.

Era lindo, pero era muy grande para ella en ese momento, y no sabía cómo iba reaccionar.

-No le tengas miedo -escuchó la voz de alguien más en ese cuarto, una voz familiar.

-No le tengas miedo -escuchó la voz de alguien más en ese cuarto, una voz familiar

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Wild horse (kookv) AdaptadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora