Being Moody 🧶 BellotaxButch

Estar de mal humor

Bellota

Es esa época del mes otra vez.

Por supuesto, no soy tan reservada cuando hablo externamente con los demás, siempre que decida hablar con ellos. Quiero decir, ya sabes cómo se ponen las mujeres durante *ejem* ese momento: es MUCHO mejor dejarlas solas.

En mi caso, cualquier persona dentro de un radio de cinco millas de donde sea que esté, será mejor que se quite de mi camino.

Saben lo suficiente como para no cruzarse conmigo cuando estoy enojada. De hecho, saben lo suficiente como para no cruzarme, punto.

Bueno, la mayoría lo sabe.

Si no fuera por ese testarudo bueno para nada que siempre está en mi cara, llueva o truene, aguanieve o nieve. Dios, podría MATARLO a veces. Pero tengo que mantener la cuenta regresiva de cadáveres de vez en cuando, ¿sabes?

(Eso era una broma, por cierto). El hecho de que tenga síndrome premenstrual no significa que no tenga sentido del humor.

De todos modos, volvamos a la situación actual. Hay un tipo de horario diario al que me adhiero. Me dirijo a mi casillero. La última campana acaba de sonar a las 3:55. Llego allí aproximadamente a las 4:02, retrasado porque tengo que dejar mis cosas en el gimnasio. Me toma otros cinco o seis minutos pensar qué libros necesito llevar a casa, ya que nunca escribo nada.

Y todos los días, puntualmente a las 4:05 pm, se presenta. Pero nunca lo veo venir. El idiota siempre se me acerca sigilosamente, ya sea cerrando la puerta de mi casillero a la mitad de mi organización, arrojando su chaqueta sobre mi cabeza cuando no estoy mirando, o, y esto es peor aún, contacto corporal.

No son las cosas malas por las que atrapan a los pervertidos (aunque sigo diciendo que es un pervertido de todos modos), pero teniendo en cuenta el hecho de que no soy un tipo de persona "susceptible de sentimientos", no me parece particularmente "lindo" cuando él susurra en mi cabello, me hace cosquillas o comienza a masajear mis hombros.

... De acuerdo, no.

Solo estoy esperando el momento hasta que él venga, la totalidad de mis cinco sentidos están atentos a un destello de verde vibrante en ébano, esa risa profunda y ronca, ese olor a humedad del aire libre y el sol que siempre logra saturar de manera imposible su ropa.

Miro mi reloj. 04:07 Dos minutos tarde.

Él nunca llega tarde.

Ya terminé con mi casillero. Mis manos están vacías; no tengo deberes.

Pero por alguna razón no estoy celebrando. Estoy mirando alrededor, pero por qué, por qué importa.

No me debería importar, me digo a mí misma, vete a casa, vete a casa, vete a casa... y sigo parada allí totalmente sola en el pasillo, mirando continuamente mi reloj mientras el tiempo sigue pasando, avanza hasta que dan las 4:14 y me siento tonta por esperarlo y enojada conmigo misma por molestarme en preocuparme cuando, de repente, dos brazos fuertes me envuelven por detrás, sujetando mis brazos a mis costados y levantándome ligeramente del suelo y sé que él está aquí.

Frunzo el ceño. - Butch, tú...

- Lo sabía. -susurra cruelmente en mi cabello y se ríe. - Estás tan MAL por mí.

- ¿De qué estás hablando? -le gruño e ignoro el intenso latido en mi pecho en este momento, pateando débilmente y luchando por alejarme de sus brazos, esos brazos duros y maravillosamente cálidos...

- ¿Estás bromeando, no? -se ríe de nuevo, apoyándose en mi cuello. - Te vi. De pie durante siete minutos, lanzando miradas a tu reloj cada quince segundos para ver si llegaría o no.