Dante

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En una habitación del palacio de Amalienborg, residencia de la familiar real de Dinamarca, en Copenhague, dormía profundamente, el príncipe Dante, hasta que una voz lo despertó.

-Despierta Dan, vamos despierta hermano.

El príncipe cansado, abrió, los ojos y miro en dirección a la voz, que lo había despertado, encontrándose con su hermano mayor Cristian.

-¿Qué te pasa idiota? ¿Por qué me despiertas tan temprano?- reclamo el príncipe.

-Temprano, son más, de la una de la tarde, ya es hora de levantarse- señalo su hermano.

-¿Y? cierra las cortinas y déjame dormir-señaló Dante acostándose de nuevo.

- Ayer de nuevo saliste de fiesta, esta pieza apesta a alcohol – dijo el príncipe heredero, mientras paseaba por la habitación de su hermano, en donde había figuras de Lego de gran escala, pues a Dante le encantaba armar legos, por eso tenia tres autos de la formula uno, la torre Eiffel, la estrella de la muerte, el callejón Diagon y el estadio del Real Madrid, el cual se encontraba en construcción.

-Tu no eres mi papá Cristian, ahórrate el sermón-dijo Dante.

-Lo se querido hermano, es una suerte, que el ya no entre a nuestras habitaciones, si no, nadie te libraría del castigo- señalo Cristian, mientras tomaba una pieza del estadio.

- Claro que ya no entra, ya no le interesamos, esta demasiado ocupado, jugando a la nueva familia feliz-comento Dante, sentándose en la cama.

- Eso es cierto, ahora esta almorzando con sus nuevos suegros-indico el hermano mayor intentando armar unas piezas.

-Ves, a nuestros abuelos, nunca los invitaba a almorzar, estos viejos viven aquí, disfrutan tanto que "su hijita", se halla casado con el heredero a la corona, son unos interesados- señalo el hermano menor.

- Tienen nombres Dante, los señores tienen nombres-comento Cristian, un poco ofuscado, porque las piezas no calzaban.

- Me da igual, nunca compartiré, con ellos, ahora por favor deja esas piezas quietas, eres tan torpe como un toro ciego, te mueves y lo haces caer todo- dijo Dante preocupado.

-Oye más respeto, no se porque estas piezas, no encajan-señalo el hermano mayor, mientras intentaba encajar las piezas.

-No, las fuerces, lo romperás- pidió Dante, levantándose de la cama, se acercó a su hermano y le quito las piezas, las miro y luego de unos minutos las hizo encajar-No dijo yo, eres el rey de los torpes.

-No es eso, lo que pasa, es que los legos, no me quieren- se excusó Cristian.

- Si claro, bueno cuando seas rey, prohíbelos- comento Dante riendo.

-Si gran idea, será mi primer decreto real- señalo con autoridad, el heredero al trono.

Los hermanos rieron, estuvieron un rato armando el estadio, pues ambos eran fanáticos del Real Madrid, bueno en realidad Dante armaba y Cristian lo ayudaba, pasándole las piezas, a el siempre lo había impresionado la habilidad de su hermano para armar cosas, recordó cuando niños ambos jugaban y Dante siempre quería construir cosas, ante la atenta mirada de su madre, quien orgullosa decía le decía a su hijo, que podría construir lo que el quisiera, por eso siempre le regalaban legos, su hermano no leía los manuales, él lo averiguaba solo.

-Tierra llamando a Cristian, contesten, príncipe heredero conteste- decía Dante riendo.

-Disculpa hermano, me distraje-dijo Cristian.

-¿Dónde estaba tu cabeza? Te hable varias veces-pregunto su hermano con curiosidad.

-Recordando, nuestra infancia-respondió el mayor.

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⏰ Última actualización: Jan 04, 2023 ⏰

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