¡¡CORRE!!

I

La secundaria...que etapa tan más mierda en la vida de Eijirou, quien tan solo a los 14 años logró que su rostro estuviera en todos los canales de noticias, en televisión, periódicos, revistas, radio, redes sociales, etcétera. Digamos, por algunos inconvenientes...tks que digo inconvenientes ¡CREÓ UN CAOS! Literalmente, pero bueno yo creo que debería dar el contexto de como el joven llegó a esta situación.

Pues todo comenzó con Eijirou en su primer día de clases en la secundaria, le entusiasmaba seguir con sus estudios. Era un niño hecho y derecho, para nada hacia palabras vulgares, era respetuoso, y estudioso, era lo que podría decir...huum ¿Cómo le dicen? ¡Oh! El inteligente del salón, claro, ese era Eijirou Kirishima para sus compañeros, jaja tremendos hijos de puta.

En su clase había dos chicos muy peculiares, una chica de carácter extrovertido y muy alegré su cabellera rosa y sus ojos dorados la hacian ver cómo todo un sol, por el contrario, el otro chico que Eijirou miró, se le notaba un aura temible y oscura, pensaba que si se le acercaba, el mundo explotaría en mil pedazos, su cabello color rubio cenizo peinado en picos lo hacía ver intimidante y esos ojos color carmesí aterraban a cualquiera que lo viera.
El pelinegro evito a ambos para ahorrarse problemas o vergüenzas.

Empezaron las clases, bla bla bla, bla bla bla ya se saben todo lo demás, 8 horas rompiéndose la espalda sentado en una maldita banca más dura que una puta piedra, con maestros que explican del culo, soportando a una bola de espermatozoides mal desarrollados que se hacen llamar adolescentes y son tus "compañeros" con los que lidiarás los próximos 3 años de tu vida...no creo que sea tan malo verdad? Bueno, eso pensaba Kiri.
Hasta que ese mismo día en el receso todo fue de mal en peor, cinco chicos de su clase se acercaron dónde el pelinegro comía, se pararon frente a el e iniciaron una conversación.

–Hola niño.– dice uno

–¿Hhm?– *Pasa su bocado de comida* – Buenos días ¿Necesitan algo?– Contesta el pelinegro.

–Si, a tí.–

–Oh, ¿Por qué?.–

–Siguenos.–

Eijirou obedece al contrario y se pone de pie para caminar detrás de los otros chicos.
Los chicos llevaron a Eijirou a un lugar del instituto donde no hubiera ni alumnos ni maestros.

–¿Qué pasa?¿Por qué me trajeron aquí?– pregunta Eijirou.

Los chicos lo miran con un rostro perverso, frotando sus manos y babeando por el chico.

–¿Q-que les pasa? No me miren así, me dan miedo.– El pelinegro retrocede un poco asustado.

–Hey, ¿por qué retrocedes? No te haremos nada malo, bueno... casi nada.– Dice uno.

–Ven acá.–Dice otro.

La respiración de Eijirou empieza a acelerarse, tenía mucho miedo, no sabía las intenciones de los jóvenes y no quería que algo malo le pasará.

Uno de los chicos lo toma de las muñecas, otro tocaba sus pechos y otro su trasero.

–¡No! ¡Suéltame! ¡No quiero que me toquen!.–

Uno de los chicos cubre su boca para evitar que gritara.

–Cálmate, no te pasará nada malo.–

...

–Oye, oye, que demonios le hacen a ese chico ¿eh?–

Un joven de cabellera rubia se deja ver en la escena, se para detrás de los acosadores mirándolos fijamente. A los contrarios los recorre un escalofrío que los deja sin habla.

–Pregunté algo, o ¿es que acaso están sordos?–

–...S-solo estamos jugando.– Contesta uno.

–¿Ah? ¿En serio? JAJA ve a decirle eso a un idiota, esa yo no me la trago.– Dice el rubio.
Se acerca más a ellos y aprieta los hombros de dos de ellos.

–Contesten mi pregunta bola de mierdas apestosas.–

–L-LO SENTIMOS ¿OK? YA DEJANOS EN PAZ POR FAVOR.–Dice uno entre lloriqueos.

–Larguense de aquí imbéciles si no quieren que les rompa la boca.–

Los chicos se retiran corriendo de ese lugar, dejando a un pelinegro de rodillas en el suelo con el cabello despeinado y mirando hacia abajo.
El rubio se agacha frente a él, levanta su barbilla para que lo mirara, haciendo contacto visual.

El de carácter fuerte, mira los hermosos y grandes ojos del menor, más abiertos de lo normal con lágrimas secas en sus mejillas y la boca abierta, como si hubiera visto un fantasma. El chico pensaba en lo que le habían hecho, tocaron su cuerpo en contra de su voluntad y lo acosaron, eso no le pasa a cualquiera en su primer día de clases, el momento le arruinó el día al pelinegro.

Al fin el rubio se digna a hablar, aclara su garganta y comienza.

–Oye, ¿estás ahí?–*truena los dedos frente a los ojos de Eijirou*– Hey, te hablo... ¿me oyes?.–

El contrario por fin reacciona, dando un pequeño brinco de sorpresa.

–Oh, si, este...lo siento, me voy, disculpa las molestias.–

A punto de levantarse es detenido por la mano del rubio quien aún no terminaba de hablar.

–Alto, necesito que me contestes algo.–

–...Bueno.–

–Dime...¿Qué fue lo que te hicieron esos idiotas? ¿Te golpearon?– pregunta.

–N-No.– Contesta.

–¿Entonces que te hicieron?–

–Ellos...–

"¡RIIING!"
El timbre sonó, dando fin a el corto receso de 30 minutos. Eijirou se levanta da una pequeña reverencia y se retira a su salón para tomar su próxima clase.

El rubio se queda en cuclillas, confundido y en busca de una respuesta. Ni siquiera conocía al chico pero quería saber que le pasaba. Le intrigaba lo que pudo haber pasado en ese momento para que dejarán al chico de la forma en que quedó.
No se rendiría es Katsuki Bakugou, el nunca se rinde.

——————————–—————————