—¿Ya va a venir mami?— me dijo Daireth mientras se acomodaba el moñito por décima vez.
—Si—
—¿Me veo muy bonita?—
—Claro, tu siempre te vez preciosa— ella me dió un beso, mientras yo sentía la mirada de ese hombre. Ya había llegado el padre de mi hija
—¿Dónde está mi princesa?— su voz áspera, con acento de mando hizo que mi vista se fuera a él.
—¡Papi!— Daireth corrió hacia él.
—ónde está mi Vicentita?—
Sí, Daireth Vicenta Zambada Torrecely, era el nombre de mi hija, y de quién Vicente había adoptado como suya.
—Papi— mi niña le tomo los cachetes y le dió un beso en la frente.—¿Ya me llevarás a visitar y conocer a mi abuelo? Mira, me puse bonita—
—¿De dónde habrá sacado lo vanidosa?-Vicente sonrió de lado y con la mano que tenía libre me jalo de la cintura para darme un beso.
—¿La llevarás a conocer a su abuelo?— dije yo y el asintio.
—Pero tú irás como lo que eres, MI mujer— dijo remarcando el "Mí".
Yo asenti.
Luego de un rato Vicente comenzó a jugar con ella, ahora estaban teniendo una hora de té, ambos con coronas, y Vicente con una bufanda de plumas. Muy iconic de su parte.
Vicente y yo nos casamos un año después de que Daireth nació, el llegó a mi vida cuando más lo necesitabamos ambos, su ex mujer había muerto a manos de los contrarios. El era como un sueño, apesar de todo nunca me era infiel, y yo tampoco... Al menos no en cuerpo.
Por primera vez me atrevo a decir que yo no lo merezco. Aunque siendo sincera el debe de pensar lo mismo
—¡Mami ya vámonos con mi abuelito!— Daireth nunca lo había conocido.
—Vamonos pues mi reina— Vicente beso mi cuello y sentí como todo todo en mi se estremeció —Con ese conjunto me pongo duro nomás de verte Rubí—
Mordí mi labio y me acerqué a él simulando un abrazo.
—Yo soy tan tuya, como tú eres mío —
El sonrió y me tomo de la mano para besarla.
«Ivan ya me hubiese empotrado contra la pared y en este momento me estaría dando duro, muy duro»
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Iván.
Tome de la mano a mi mujer, mientras le daba una vuelta y ella sonreía.
—Te ves bien chula mija— le di un beso y ella sonrió.
—Tambien te ves guapo mi amor—
—Amonos pues que don Ismael nos está esperando.—dije empezando a caminar con ella hacia la entrada del rancho.
—Buenas tardes— saludo mi esposa caminando detrás de mí.
Solo alguien podía caminar frente de mí.
—Ay Quino, te traen domado mijo— Alfredo rio gracias a lo que dijo Serafín.
Yo solo torci los ojos mientras me sentaba y esperaba a que mujer hiciera lo mismo.
Ya estábamos todos, al parecer era algo importante, había globos y hasta ¿Una piñata?
—¿Quien cumple años wey?— le dije a Serafín que le estaban sudando hasta las manos en este momento.
—Wey nadie, es que el chente nos va a presentar a su familia- dijo el y Ovidio le pasó un vaso con vodka.
—¿Vicente tiene familia?— mi voz, la de mi apa, la de Néstor y Alfredo salió al mismo tiempo.
—Si, mi heredero tiene esposa y un princesa hermosa—
Yo solo asentia.
—Pues felicidades padrino, esa niña tendrá muchos tíos para cuidarla y quererla mucho — dije yo y el me abrazo.
Vicente era como un hermano para mí, además todos sabían lo mucho que yo deseaba tener una familia con mi mujer.
Rubí.
Llegamos al rancho y pude ver estacionado ese convertible.
Vicente miró a la niña dormida y hablo.
—Se que su papá biológico está ahí, pero Rubí, yo soy su único papá, todo estará bien, sí?— asenti.
Salimos de la camioneta y en lo que yo tomaba aire, el despertaba a la niña. Daireth tomo la mano de su papá y la mía.
Comenzamos a caminar y llegamos hacia el patio, dónde se encontraban todos.
—Parece una fiesta en grande — dijo Daireth.
—Digamos que tú no eras la unica emocionada por conocerlos princesa— ella sonrió grande.
—Mami, ¿Me puedes dar los lentes?— dijo ella mirándome y Vicente me miró.
—¿Para que los quieres?— le dije y ella me miró para luego agachar su mirada.
Iván.
—Ya vienen, ya.. ya acomodate Serafín — Mayito regañaba a su hermano, ambos con dos ramos de rosas bien grandes. Las hermanas de Vicente estaban también de pie.
Obvio todos nos pusimos de pie cuando escuchamos la carcajada de una niña.
Cuando la pequeña rio, mi corazón se acelero y mi piel se erizo.
—Buenas noches, les presento a mi mujer— Vicente sonría en grande—Con quien tengo 4 años casado —
—Aver con que sale— dijo mi apa y Alfredo y yo reímos.
—Buenas tardes—
—No mames— dijo mi apa mientras ponía su semblante serio
Yo busqué la mirada de Rubí, quien ya me estaba viendo, la mire pidiendo una explicación, pero ella dijo la vista en mi mujer quien la miraba sonriendo.
—Apoco ella es tu esposa mijo— don Ismael la recorrió con la mirada. —Muy guapa, pero dónde está mi nieta—
—¡Aquí!— sonó una voz que nos hizo inmutar a todos. Tenía el mismo tono de mando que ella.
La pequeña salio de atrás de MI Rubí, y todos nos quedamos en silencio, sus ojos... Un azúl como los de Rubi, blanca y con cabello largo color negro.
La niña sonreía y reía mientras que abrazaba a sus tías, tíos y todos.
—Mi Vicentita es muy hermosa— dijo Vicente y lo voltee a mirar.
La niña fijo unos segundos su mirada en mi, en mis hermanos y en mi papá, un escalofrío recorrió mi cuerpo. Vicente se fue a con ella y Ovidio y Alfredo corrieron a conmigo.
—¡Sentí que tú me estabas viendo cuando te enojas!—
—Tiene la misma mirada que tú cuando vas a matar a alguien— me dijo Alfredo y yo los mire.—Y sabes que es lo peor— le hice una seña para que siguiera hablando—Que ella miraba de esa forma mientras soltaba carcajadas—
—Ivan esa niña está parecida a ti— Ahora fue mi mejor amigo quien hablo.
Vicentita era más mía que de Vicente, no tenía pruebas pero tampoco dudas.
