MI AMOR PLATONICO

113. YO CONFÍO EN TI

Nota: primero que todo, antes de comenzar este capítulo, quería saludarlas, Dios me las bendiga mucho, también saludar de manera muy especial a Dani, me alegra que sigas leyendo el libro.

Y una vez más gracias a tod@s por tenerme paciencia y por acompañarme hasta aquí.

Eso hace que tenga ánimos de seguir escribiendo.

También le doy toda la gloria a mi Señor, que es el que me ha dado la inspiración y el don desde muy niña para crear historias.

Por cierto, no olviden que les amó y espero muchos, muchos comentarios.

Gracias.

Ahora sí, continuemos con la historia.

Por cierto, en que íbamos?

Jajaja, era broma.

Ni siquiera se porque volví a sentarme en esta banca a escuchar a Jak.

Tal vez sea porque no me cabe en la cabeza que el pueda engañarme, o tal vez sea porque lo quiero o quizás lo amo demasiado y no me puedo alejar de él.

Pero que hay si lo que la hn Ximena me dijo es cierto.

Se suponía que no debía de decirle nada a Jak, eso fue lo que prometí, y heme aqui sentada a su lado, dispuesta a escuchar su historia.

El enfado que tenía juntamente con la tristeza, se me ha ido esfumando poco a poco.

Aunque no puedo negar que me siento engañada por el, y eso hace que me den ganas de volver a llorar.

Mis mejillas se encienden al pensar que llore en frente del hn Jak y por el. Eso hace que me dé más vergüenza.

Pero al levantar mi mirada hacia el, veo en sus ojos sinceridad, no veo ni una pizca de engaño, lo único que me inspira es confianza.

Porque soy tan ingenua?.

Miró hacia el frente, su cercanía me hace poner nerviosa, es como si mandara chispitas de emociones o algo así a mi corazón y hace que lata más rápido.

La verdad es que no puedo explicar bien lo que siento, cuando estoy cerca de él.

Es...es...

Es lo que se siente, cuando estás al lado de la persona que te gusta.

Comienzo a correrme disimuladamente, tratando de crear más espacio entre los dos, no es que estemos demasiado cerca, pero aún así me pone mal, me afecta, y me da miedo que sea algo adictivo, que de pronto solo quiera estar cerca de él. Ya que cuando el se aleja de mi, siento un vacío, siento que lo necesito a mi lado, y eso me aterroriza.

Que tal si no es la voluntad de Dios.

Que haré para arrancarlo de mi corazón.

Finalmente llegó al borde de la banca, pero aún así sigo nerviosa, me preguntó cómo fue que hice para encararlo.

Ahora siento que ni siquiera se como respirar.

Espero a que diga algo, a que comience a contar su historia, pero no lo hace.

Volteó a verlo.

Está mirando hacia el frente, su mirada está perdida y es muy triste.

Siento que soy la causante de su tristeza y eso me hace sentir fatal.

Un momento, aquí la víctima soy yo.

O no?

Suspira mientras lo miro.

Cómo es posible que sea tan terriblemente guapo aún con cara triste.

Un actor de Hollywood le queda en pañales, si hablamos de elegancia y presencia.