One

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N/A: Inspirado en el episodio "Determinación" de la T5.

Y en esta bella pero triste frase que nuestra amada Kagami Tsurugi dijo:

En este One-Shot, Kagami es la antagonista, pero quiero aclarar que en esta cuenta amamos a nuestra adorada esgrimista y solo es con fines de diversión que decidí convertirla en lo opuesto a lo que ella es

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En este One-Shot, Kagami es la antagonista, pero quiero aclarar que en esta cuenta amamos a nuestra adorada esgrimista y solo es con fines de diversión que decidí convertirla en lo opuesto a lo que ella es.

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Dedicatoria

Dedicado a cada lector que tiene, o ha tenido alguna vez, un amor imposible.

De esos que amamos con tanto fervor, pero que al final tenemos que dejar ir.

Palabras: 1866

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Hoy estaba siendo un excelente día para mí, demasiado bueno para ser verdad. Algo saldría mal, lo presentía.

Me levanté, desayuné y tomé una ducha de agua fría. Necesitaba despejar mi mente, y qué mejor que el agua fría.

Realicé una diligencias que mis padres me pidieron favor, y en el camino compré la edición de la revista semanal que me encanta. Luego de los mandados, llegué a tiempo para el almuerzo, mis padres me esperaban con una comida digna de los dioses.

Terminé y me retiré de la mesa para ir a mi habitación, cuando recibí la llamada de Alya.

—¡Marinette!
—¿Sí, Alya? —su tono de voz no era el habitual, me preocupé.
—¿Compraste la revista?
—Por supuesto —asumí que solo era aquello lo que me quería preguntar—, aun no la he visto porque estuve haciendo unas diligencias, y...

—Oh... —escuché al otro lado.
—¿Por qué "oh"? —tomé la revista junto a mi escritorio y vi la portada: una foto de Adrien Agreste con Kagami Tsurugi.

Quizás eso no me hubiese dolido, de no haber visto el titular.

<<Tras su ruptura de un año, los jóvenes multimillonarios deciden darse una oportunidad>>

Me enmudecí por un instante.

—¿Marinette..? ¿Estás bien? —inquirió.
—Sí, sí... No te preocupes, Alya. Te marco luego, ¿va? —traté de sonar lo más calmada posible.

—Disculpa, chica... Para lo que necesites sabes que estoy aquí, ¿sí? Te quiero.
—Gracias, Alya. También te quiero. —corté.

Subí hasta mi cama y me senté, viendo un punto fijo en mi habitación.
La nada, pero en esa nada yo me perdí.

Me sentí mal, me sentí traicionada, y sobre todo, me sentí desplazada.

Años de conocer a Adrien, meses de que comenzamos a hablar sin que yo me pusiera nerviosa.

In another life | Mlb OSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora