Prólogo: Bel y su pequeño trozo de felicidad I
Fue un verano que la princesa Mia Luna Tearmoon no olvidaría pronto. Invitada por Esmeralda Etoile Greenmoon, la orgullosa Etoiler cuyo padre era uno de los Cuatro Duques del imperio, se embarcó en un crucero, que resultó ser toda una aventura. Después de pasar una noche en una isla deshabitada resguardándose de una tormenta repentina, Mia y sus amigos se vieron separados de su barco. Luego, después de una segunda noche, se despertaron con uno de sus miembros desaparecido…
En ese momento, Elise Littstein dejó la pluma y frunció los labios. “Hm… Para ser honesto, no sé nada de esto…”
Actualmente estaba en el proceso de consolidar todas las historias que su hermana, Anne, le había contado, y uf, eran otra cosa. A continuación, el grupo de Mia se aventuraría bajo tierra y se encontraría con los vengativos fantasmas de los cultistas que, gracias a los heroicos esfuerzos de Mia, lograrían defenderse. Después de eso, lucharían con un colosal pez devorador de hombres antes de lograr con éxito un atrevido escape. Todo lo cual hizo un contenido apasionante, pero…
“¿No es esto un poco… exagerado? Quiero decir, no dudo de que, en teoría, Mia tendría las agallas para mirar a los cultistas fantasmas vengativos y el cerebro para someterlos, pero afirmar que había realizado un exorcismo literal es demasiado. Lo mismo ocurre con este gran pez con el que luchó. Simplemente… pone a prueba la credulidad.
Su hermana había afirmado que la cosa era del tamaño de dos estrellas esmeralda, pero a Elise le resultaba difícil creer que un pez pudiera ser el doble de grande que un barco.
