CUENTOS DEL MUNDO MÁGICO SHAWOL. (2MIN)(JONKEY)

Las Flores del Pequeño Taemin.

-¡Mis flores se han marchitado! -exclamó el pequeño Taemin.

-Tan hermosas como estaban anoche, y ahora todas sus hojas cuelgan tristes. -¿Por qué será esto? -preguntó a su novio Minho, que estaba sentado en el sofá. Lo quería mucho y además sabía las historias más preciosas y divertidas, también era muy hábil recortando figuras graciosas: corazones, animales, flores y grandes castillos cuyas puertas podían abrirse. Minho era por demás muy inteligente y guapo.

-¿Por qué ponen una cara tan triste mis flores hoy? -dijo Taemin señalándole un ramillete completamente marchito.

-¿No sabes qué les ocurre? -respondió Minho-. Pues que anoche han ido al baile, y por eso tienen hoy las cabezas colgando. Tienen mucho sueño, están cansadas.

-¡Pero si las flores no bailan! -repuso Taemin.

-¡Claro que sí! -Contestó Minho-. En cuanto oscurece y nosotros nos acostamos, ellas empiezan a saltar y bailar. Casi todas las noches tienen fiesta.

-¿Y los niños no pueden asistir?

-¡Claro que sí! -Exclamó Minho-. Las margaritas son pequeñas y van igual.

-¿Dónde bailan las flores? -siguió preguntando el pequeño Taemin.

-¿No has ido nunca a ver las bonitas flores del jardín del gran palacio donde el Rey pasa el verano? Claro que has ido, y habrás visto los cisnes que acuden nadando cuando haces señal de echarles migas de pan. Pues allí hacen unos bailes magníficos, te lo digo yo.

-Ayer estuve con Key -dijo Taemin-, pero habían caído todas las hojas de los árboles, ya no quedaba ni una flor. ¿Dónde están? ¡Tantas como había en verano!

-Están dentro del palacio -respondió Minho-. Has de saber que en cuanto el Rey y toda la corte regresan a la ciudad, todas las flores se marchan corriendo del jardín y se instalan en palacio, donde se divierten de lo lindo. ¡Tendrías que verlo! Las dos rosas más preciosas se sientan en el trono y hacen de Rey y de Reina. Las rojas gallocrestas se sitúan de pie a uno y otro lado y hacen reverencias; son los camareros. Vienen luego las flores más lindas y empieza el gran baile; los Jacintos representan guardias reales, y bailan con las Violetas  a las que llaman señoritas. Los tulipanes y las grandes azucenas de fuego son señoras viejas que cuidan de que se baile en debida forma y de que todo vaya bien.

-Pero... ¿nadie les dice nada a las flores por bailar en el palacio real?.  -Preguntó Taemin-.

-El caso es que se trata de un gran secreto -, respondió Minho-. Cierto que alguna vez que otra se presenta durante la noche el viejo guardián del castillo, con su manojo de llaves, para cerciorarse de que todo está en regla; pero en cuanto las flores oyen rechinar la cerradura, se quedan muy quietecitas, escondidas detrás de los cortinajes y asomando las cabecitas.[[Aquí huele a flores]], piensa el viejo guardián, [[pero no veo ninguna]].

-¡Qué divertido! -sonrió Taemin, dando un fuerte aplauso-. ¿Y no podría yo ver las flores?

-Sí -dijo Minho-. Sólo tienes que acordarte, cuando salgas, de mirar por la ventana; enseguida las verás. Yo lo hice hoy. En el sofá había estirado un largo lirio de Pascua amarillo; era una dama de la corte.

-¿Y las flores del Jardín Botánico pueden ir también, con lo lejos que está? -Preguntó intrigado el pequeño-.

-Sin duda -respondió Minho-, ya que pueden volar, si quieren. ¿No has visto las hermosas mariposas, rojas, amarillas y blancas? Parecen flores, y en realidad lo han sido. Se desprendieron del tallo, y agitando las hojas como si fueran alas, se echaron a volar; y como se portaban bien, obtuvieron el permiso para volar incluso durante el día, sin necesidad de volver a la planta y quedarse en sus tallos, y de este modo las hojas se convirtieron al fin en alas de verdad. Tú mismo las has visto. Claro que a lo mejor las flores del Jardín Botánico no han estado nunca en el palacio real, o ignoran lo bien que se pasa allí la noche bailando. ¿Sabes qué? Voy a decirte una cosa que dejaría pasmado al profesor de Botánica que vive cerca de aquí ¿lo conoces, no? Cuando vayas a su jardín contarás a una de sus flores lo del gran baile de palacio; ella lo dirá a las demás, y todas echarán a volar hacia allí. Y cuando el profesor salga al jardín, apenas encontrará una sola flor, y no comprenderá adónde se han metido.