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Todas las noches eran tan monótonas e repetitivas en cada reunión de Touman, siempre daba un gran discurso para motivar a sus discípulos en caso de alguna pelea con las pandillas que querían derrocar su imperio formado por pandilleros...todo era tan vacío con el paso del tiempo, incluso podía decir que era aburrido ser el capitán de la Tokyo Manji
Ken-Chin seguía a mi lado como mi vice capitán y mejor amigo, un gran apoyo para mi en todo el lapso de las juntas y la mayor parte de mi vida pero.. Aun así me sentía hastiado, como si faltara algo en mi vida
Todo era así, hasta que el sub capitan de la 5ta división hacia presencia, aquel hombre tan serio y distante del resto era el dueño de sus pensamientos desde que se unió a la Tokyo Manji, cumpliendo casi 2 meses recientemente de su llegada, al lado de Yasuhiro Mutou, el dúo era simplemente impecable tanto en peleas como fuera de la pandilla
Siempre observando al joven de cabellos albinos desde las gradas, algunas veces apreciando sus cristalinos ojos, ni siquiera habían podido entablar conversación, y sentía la necesidad de acercarse a Haruchiyo...tenia un nombre tan lindo..tan hermoso como el mismo, no podía simplemente disimular cuando aquel hombre aparecía y se colocaba en su posición tan estoica y centrada
¿Me estaba enamorando de un chico? Esa era la gran pregunta que me hacía todos los días, nunca me había llamado la atención aquellos temas románticos que a simple vista eran absurdos, solo tenía por entendido gracias a Shinichiro que se tomaba la molestia de hablar de estos tipos de temas cuando apenas era un crió
"Algún día llegará esa persona especial a tu vida y no tendrás que dejar que se vaya ¿comprendes, manjiro?"
Solo me quedaba perdido en mis pensamientos mientras las palabras del difunto pelinegro cruzaban por su cabeza, Draken me llamaba la atención por no reaccionar, la expresión de su mejor amigo era neutra mientras suspiraba con pesadez
—Mikey, ¿Que mosco te pico ahora, idiota?— Pregunta el de tatuaje de dragón
Solo me Alzó de hombros indiferente mientras noto como que nadie de los presentes seguía en el santuario —Humm.. Ne- Ken-chin ¿donde están todos?— pregunté
—Todos se marcharon luego de que te quedaras ahí parado como imbecil, sin hacer nada— Dijo para solo para alejarse hacia donde estaba su moto —Deberías también irte a casa— Dijo para montar y partir
—Como sea.. —Bufé y metí mis manos en los adentros de los bolsillos del pantalón, dispuesto a irme del lugar, Tal vez mañana pueda volver a ver al chico de mascarilla.. Tal vez hablarle..
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Ahhh, aquí casual, escribiendo una historia no tan sana y poco romantizada
