Miedo

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Viejos pasos suenan después de los míos, sin prisa, constantes. Caminando, trotando, corriendo, siempre detrás.

Dando vueltas en un cuarto oscuro, luces cruzan los muros, lejanas, vacías, perdidas en su propio mundo. ¿Tomarán la decisión de mirarme algún día? 

Si mis palabras no forman más que humo sin peso ni color; no soy visible para la luz.

El camino se abre, de frente pero no recto, rodeado pero solitario. Mis cansados pies saben que esperar, pero mi mente no quiere afrontarlo.

Volver al camino, volver a recorrer el camino, sin destino, solo, sin oídos que escuchen, sin voces que respondan, sin piel que tocar, sin nombres que recordar.

Viejos pasos suenan junto a mí, me recuerdan el mundo pasado, el otro yo, el que no era fuerte ante la realidad, vuelve a tener razón.

Lágrimas en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora