2. Nada

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Nada. No se oye nada. Solo sus respiraciones tranquilas, mis pasos, sus pulsaciones. Puedo contarlas. Tan lentas, tan tranquilas...- Que estúpidos - Me detengo intentando controlarme pero las tentaciones son demasiado fuertes. Así que doy otro paso. Ciertamente, agudizando el oído se puede distinguir como las gotas de un grifo mal cerrado caen. Poco a poco las voy oyendo más fuerte, hasta que los anteriores tintineos se convierten en enormes tambores, y me asombro de que no les despierte. Siento como esos demonios de agua retumban y de golpe las veo: veo esas gotas, pero no de agua, sino rojas de sangre caer de sus cuerpos. Un goteo oscuro y espeso en medio de la noche. Y en el suelo, el cuchillo que hace un segundo había estado en mi mano. Siento en el pecho un increíble placer. Ese mismo placer que te llena por dentro como una perfecta melodía.

Stay highDonde viven las historias. Descúbrelo ahora