La donación de órganos post-muerte se ha disminuido, después de todo, ¿a quién no le daría miedo recibir un órgano Hanahaki?
- ¿E-Eda? Hola, habla Raine. - intentaba controlar su nerviosismo, su labio inferior temblaba al igual que su pequeña mano posada en la palma del hombre robusto a su lado.
- ¿Raine? ¡Vaya, pensé que no llamarías! - las mejillas de Whispers se tornaron de un tono carmesí y sus ojos se perdieron en la nada, con una mirada dulce, como si tuviera a la mujer justo enfrente suya.
- Sí, lo siento, tuve que hacer algunos recados antes de poder llamarte. - una sonrisa enamorada se apoderó de su rostro.
Mientras tanto, unos ojos esmeralda brillantes cual luciérnaga en verano observaban el intento de Raine Whispers de volver a conectar con su amante del pasado. Su perfil desde la perspectiva de Darius se veía como una pintura rupestre; la pintura más costosa, brillante y única que alguien pudiera imaginar.
Los ojos del varón Deamonne hacían un recorrido incesante mientras la llamada continuaba, primero miraba sus ojos, luego los labios y por último sus manos unidas en un tacto suave pero reconfortante para ambas partes.Darius nunca admitiría sus sentimientos sus sentimientos por su acompañante; pensaba que era demasiado viejo para eso, que el amor simplemente jamás tocaría a su puerta, además ¿cómo podría competir contra el primer y único amor que tuvo su crush? Era guerra perdida y no pensaba gastar saliva en intentar conquistarle, ya era muy tarde para tomar algún lugar importante en su corazón además del de mejor amigo.
- ¡Claro! El viernes está bien, sí, es una cita. - se distrajo en su mundo mental por unos segundos y ya no sabía qué estaba pasando ¿acaso acababan de acordar una cita en su cara? Ésto sería más difícil de lo que esperaba. - Bien, entonces a las ocho. Hasta entonces, adiós.
Volvió a su recorrido visual pero esta vez fue interrumpido; al momento de posar su atención en sus labios su vista se desvió al resto de su rostro, tenía un brillo especial que nunca había visto y se mordía el labio en una expresión emocionada. El sonido de la llamada colgada lo devolvió a la realidad.
- ¡Tenemos una cita, tengo esperanzas! - sonrió cual infante en su cumpleaños, tirando el teléfono a un lado y acostándose cual adolescente. El de tez oscura rió suavemente.
- ¡Lo lograste! - le abrazó con cuidado de no presionar su estómago, ahora debía ser mucho más delicado al tratar con elle.
Así celebraron por las próximas horas, pidiendo comida a domicilio y planeando cómo lograrían que Raine se declarara y también que se le correspondiera. Fueron muchos años de romance, besos a escondidas y toqueteos con intenciones escondidas; aún debía haber una pizca de romance en los ojos heterocromáticos de la menor de las hermanas Clawthorne.
Esa noche nadie durmió, por un lado estaba la pareja platónica pensando en su plan y por el otro estaba Edalyn; echada en posición fetal, con ambos brazos abrazándose como si tuviera miedo de desaparecer y las sábanas blancas manchadas de flores carmesí.
Raine no era la única persona afectada por el encuentro pasional, parece que después de todo Hanahaki sí es contagiosa.Los tosidos secos llenaban la casa como el soundtrack de una película de terror, se sumergían entre los oídos de todos los residentes del hogar como una maldición que esperaba el momento justo para comerse sus adentros. Tosía y luego iba un lapso de 10 segundos antes de volver a toser, el doctor de la familia no respondía el teléfono y el sudor resbalaba por la frente sonrojada de la hermana menor de Lilith.
Su boca se sentía seca, las ramas crecientes en su garganta empezaban a absorber su saliva y cualquier otro líquido que tuviera el descaro de intentar resbalar por su garganta para hidratar aquel cuerpo inerte. Estaba en un proceso casi vegetal, no podía moverse por el dolor y sus labios estaban rojos por las espinas de las flores.
Lilith, completamente destrozada por el estado de su hermanita, cortó las ramas de la boca de ésta de tal manera que su cuerpo fuera más cómodamente transportable. Con sus manos temblorosas cubrió con una sábana liviana a Eda《 quien al sentir el tacto de la tela sobre su pálida piel tembló cual chihuaha 》para tomar camino hacia el auto.
La pequeña nave estaba inundada con un olor a flor veraniega, cosa que molestó a la enferma hasta el punto de llorar, ¿acaso esto era una broma de mal gusto?- Estarás bien, hermana, te lo prometo. - acarició su mejilla con amor fraternal, el tacto era como el de un pétalo de rosa ésto la hizo temblar.
El viaje no fue silencioso en lo más mínimo, era lúgubre y aterrador cual pesadilla de infante. El ambiente se sentía cada vez más pesado conforme el auto avanzaba; los tosidos, casi vómitos, de la afectada hacían a Lilith sollozar.
En la casa la situación no estaba mucho mejor; Luz abrazaba a King como si su vida dependiera de ello, ambos estaban totalmente aterrados ¿y si Eda no sobrevivía, qué sería de ellos? Lilith era una bibliotecaria, y claro que tenía buen salario, pero ¿podría mantenerlos a ellos y a la casa que tanto le costó a su figura materna?
- Luz. - llamó el menor, no hubo respuesta. - ¿Eda estará bien?
El niño siguió llamándola y repitiendo la misma pregunta, llorando por una respuesta. Luz estaba en su propio mundo, pensando en qué haría para calmarlo, eso usualmente era el trabajo de Eda ¿qué podría hacer ella? Rompió en lágrimas.
— ¡No lo sé! — gritó en un hilo de voz, las lágrimas no paraban de bajar por sus mejillas y abrazaba al más pequeño en un intento de sentir calidez en su cuerpo.
Amity, a quien Luz había llamado por compañía, los siguió en su llanto. Los abrazó totalmente temblorosa, no sabía qué hacer, solo sabía que debía acompañar a su novia.
Aquella noche no se escuchó la voz melodiosa contarle un cuento al más joven, nadie tuvo que esmerarse para limpiar el labial de su rostro luego del beso de buenas noches de Eda. Tampoco el resto de la semana, ni la siguiente. Eda no volvería pronto.
Las puertas de la zona de emergencias del hospital se abrieron de par en par y dejaron entrar a la Clawthorne mayor, estaba destrozada, su rostro estaba lleno de manchas negras que solían ser maquillaje y sus manos tiraban de la silla de ruedas donde una Edalyn Clawthorne gritaba del dolor.
Lilith rogó y gritó hasta que su hermana fue atendida, pronto la separaron para tratarla y hacerle examenes debidamente. Cada mínimo toque a su piel blanca la hacía gritar de agonía, Lilith temblaba de miedo desde la sala de espera.
— Necesito verla, por favor. — rogaba a los doctores que salían y entraban a la habitación 66.
Todos le decían lo mismo:
— Es peligroso, lo lamento. — y ella regresaba a llorar.
Los rumores despertaron esa media noche, el caso de Hanahaki más grave en toda la historia de la ciudad. Nadie sabía del futuro de esta paciente misteriosa.
— ★ 1183 palabras
perdón si les parece corto, quería actualizar rápido jajsjs.
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Flor del Titán. | HANAHAKI RAEDA
FanfictionUna enfermedad dolorosa en la cual flores crecen por los pulmones obligando al paciente a vomitarlas junto a litros de sangre para evitar que su respiración se corte y muera. Otro de los típicos líos de cupido y la crueldad con la que trabaja. Dos ú...