𝗜𝗻𝗳𝗲𝗿𝗻𝗮𝗹 𝗣𝗔𝗥𝗔𝗗𝗜𝗦𝗘 ▬▬▬▬; 𝘈𝘓𝘈𝘚𝘛𝘖𝘙

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El sonido de las ramas romperse por pisadas en ese bosque era de esperarse, ya que se decía que siempre rondaban personas tratando de invocar demonios.

Y ese era el objetivo de aquella chica de piel blanca y cabello negro.

- Mierda, ¿Adónde está ese el árbol? - exclamo molesta mientras miraba su alrededor en busca de ese árbol adónde según los padres de la iglesia habían exorcizado a un demonio muy poderoso.

Y como acto de magia el árbol se aprecio en su rango de vista.

- Hay está. - hablo mientras apresuraba su paso con cuidado de no tropezarse, pues llevaba múltiples cosas que se podían perder con facilidad.

El viento, el cual era leve se fue volviendo un poco más fuerte, se podía escuchar como las ramas de los árboles chocaban y las hojas caían, era como si el entorno cambiará cerca de ese árbol, el árbol de la muy famosa leyenda de la ciudad.

"Un día, específicamente el ## de ####### un locutor llegó a la ciudad.
Su nombre era Alastor Azael. El era una hombre carismático, noble, encantador y mucho más.
Y gracias a eso, se hiso famoso en cuestión de semanas.
Pero otros decían que fue gracias a otra cosa.
A una cosa más maligna y sobrenatural.
Que tenía una maldición o un pacto con el diablo, algo malo, eso aseguraban.

Pero estaban equivocados, muy equivocados.

Un día, todos los del pueblo descubrieron quién era el asesino de la pequeña ciudad.

Nada más ni nada menos que alastor. El famoso locutor de radio.

Eso impacto a la ciudad mucho, pero la impacto más saber que aquel locutor de radio desapareció completamente de la faz de la tierra el mismo día que lo descubrieron."

Moría de ganas por hacer aquella invocación, y para saber todos los significados de sus sueños, pero primero tenía que invocar al demonio que siempre estuvo presente en ellos.

- Mierda siento que me observan -susurro mientras tocaba la corteza de ese gran árbol y recorría con la mirada todo el lugar, sin encontrar a alguien además de ella.

Tenía que apurarse ese bosque le daba mala espina por más de una razón.

Quito la mochila de su hombro y empezó a sacar las cosas que necesitaría para llevar a cabo la invocación.

Velas rojas, una navaja, un encendedor y un cuchillo de cocina extra afilado.

Prendió una de las tantas velas que traía y empezó a trazar un círculo, uno lo suficientemente grande para que seis personas se sentarán en su interior. Y dentro del círculo trazo un estrella.

Empezó a colocar en las todas las puntas de la estrella las velas que portaba mientras las prendía. El viento empezó a soplar levemente más fuerte, mostrando que era correspondido por el bosque.