Auron no cree en los cuentos de hadas ni en la magia y, mucho menos, en los finales felices.
En una fiesta de cumpleaños, los amigos deciden divertirse haciendo invocaciones.
Que sorpresa se llevó Auron al descubrir, la mañana siguiente, a un prín...
«Y ya ni sé lo que va a ser de mí, todo me dice que amar será mi fin... Qué desespero trae el amor, yo que no sabía lo que era el amor, ahora lo sé porque no soy feliz.»
–Vinicius de Morais
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Si algo era lo que el moreno sabía, era que el amor era una mierda. Podías ser correspondido, y serías la persona más feliz del mundo; o ser algo platónico y no poder estar con el que crees que es tu amor verdadero.
Por eso él dejó de luchar hace tiempo. Había tenido novias, claro; pero ninguna había llegado a ser su amor verdadero.
Algo verdaderamente triste era ver a sus amigos y compañeros ser felices con sus parejas, verlos reír y dándose cariño mutuo era algo hermoso; y esto no le evitaba sentirse excluido y algo solitario.
Bufó.
—¿Todo bien, Auron? —cuestionó Perxitaa mientras se separaba de Violeta, su novia.
Lo miró y tomó de su cerveza —Sí... todo bien...
Su compañero, algo desconfiado, asintió y regresó con su novia.
Auron se levantó del sofá de su casa y se fue junto a Axozer.
—Hola, Archo —comenzó, dejando el vaso en la isla de la cocina.
—¡Oh! Hola cumpleañero. ¿Todo bien? —sonreía.
Al menos, junto a Axozer se podía sentir importante, pues este no tenía pareja; al menos no que él supiera.
—Sí... Solo que ya me siento más viejo...
—Bueno, es verdad que tienes una arruga más... —señaló su frente, soltando una risita —¡Oh! ¡Mira! También tienes canas.
—Que joputa eres —rió y le dio un golpecito en el hombro.
Miró a su alrededor y se acercó a la nevera para coger dos botellas de cerveza. Se volvió a acercar a Axozer y le entregó una de las botellas.
—Casi no quedan. Somos unos borrachos...
—Dirás: ERES un borracho -abrió la botella y tomó un trago.
—¿Perdona? —se hizo el ofendido, imitando su acción de abrir la botella —Yo no bebo alcohol, solo zumitos —tomó un trago.
