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COMENZANDO A SEGUIR LA LUZEra un día tranquilo. Mateo estaba escuchando su música favorita mientras realizaba sus que haceres. Se encontraba muy cansado, pero había algo que lo molestaba; él estaba muy angustiado por este nuevo año. Él estaría a punto de entrar a la preparatoria.
La preparatoria no es algo fácil como todos creen. Tener que adaptarse a un nuevo lugar, conocer nuevas personas, tener nuevas experiencias... Es algo que cualquier adolescente temería.
Mateo se sentía muy desanimado por decir un hasta luego o tal vez un adiós a sus viejos amigos. Eso no dejaba de agobiar al pobre chico, sin importar lo que hiciera no podía controlarlo.
— Ya cálmate Mateo, tú has sobrevivido todos estos años en la secundaria. Entrar a la preparatoria no será tan malo, ¿o tal vez sí? —.
— Recuerda lo que dijo tu abuela: "Si tú mismo te lo propones, lo lograrás. Sólo tú eres tu propio límite"—.
Éste se encontraba agobiado la cual creaba monólogos consigo mismo, pero él sabía que no estaba solo; él sabía que tenía alguien en quien confiar. Unos momentos después, éste se dirigió hacia la habitación donde estaba esa persona.
Mateo llegó al cuarto y llamó a la puerta. — Oye hermana, ¿estás ahí? Enserió necesito tu ayuda—. éste seguía llamando a la puerta porque no obtenía persona respuesta.
— Oye, ¿me estás escuchando? Si no me escuchas, voy a entrar —. El chico seguía sin obtener respuesta, así que se decidió por entrar.
Mateo entró a la habitación y vio a su hermana mayor escuchando música a todo volumen, la chica estaba escuchando algunas de sus canciones favoritas de Taylor Swift. — ¡Oye! Emilia ¡Emilia! —. La chica seguía sin escucharle.
— ¡Emilia! —. Éste decidió apagar la música de la chica, sin importar las consecuencias. — ¡Oye Mateo¡, ¿que diablos te pasa? —. Exclamó Emilia muy enojada.
— Perdón hermana, es que quería hablar contigo, pero tú no me escuchabas, me sentía muy angustiado y necesitaba tu ayuda... —. Bajó su mirada empezando a soltar algunas lágrimas.
— Disculpa, dime ¿Qué sucede? Además sabes que a mí no me gusta mi nombre, mejor llámame Cherry —. Dijo ella un poco ensimismada. — ¿Cherry? ¿No es cereza en inglés? —. Contesté un poco confundido.
— ¿Algún problema? Sabes que me encantan las cerezas, pero eso no es a lo que vienes. ¿Dime que sucede? —. En ese momento el chico se sentía al borde de un colapso, no sabía que palabras decir. Pero su hermana sabía lo que pasaba y dijo algo que motivó a contarle. — Recuerda pequeño, puedes contarme lo que sea con confianza, no te juzgaré ante ello. Tu hermana mayor siempre estará para ayudarte—.
— Quería pedirte un consejo acerca de... Bueno, la preparatoria. Realmente tengo miedo de lo que vaya a suceder en el próximo año —. Dijo estando un poco tembloroso, creo que mi hermana lo notaba pero yosimplemente no lo hacía. — Perdón, pero quería preguntarte, ¿cómo era cuando ibas a la preparatoria?
— Escucha Mateo, sé que la preparatoria se escucha muy aterrador, y realmente siento que le temes mucho al cambio. Pero en mis tiempos, yo no era la mejor estudiante, pero siempre lo intentaba, siempre tenía buenas calificaciones. Aunque las tareas tuvieran mucha dificultad —. Ella realmente se notaba con mucha nostalgia hablando sobre ello. — Y lo que te recomiendo es que simplemente des lo mejor de ti, que no muestre algo que no eres, tú simplemente se tu mismo. Y no te preocupes en lo que digan los demás, tú sólo concéntrate en tus estudios y en tu autocuidado y estabilidad.
Esas palabras llenaron de mucha motivación, realmente se sentía muy orgulloso de tener una hermana como ella, pero ella colocó la cereza del pastel cuando dijo: —. Cualquier momento que te sientas mal o simplemente sientas que todo se viene encima; puedes contar conmigo —. Escuchar esas palabras inspiraron a Mateo y comenzó a llorar por el apoyo que recibía de su hermana. Y mientras ella miraba que lloraba recibió un gran abrazo de su parte.
— Ahora ve y descansa un poco, que mañana es tu primer día en la preparatoria —. Escuchar eso lo puso muy asustado. — ¡¿Mañana?! ¿No empezaba la próxima semana?
— Creo que nos equivocamos de fechas, y pues la prepa comienza mañana, hermanito. Pero verás que tu día será increíble —. Emilia se notaba muy tranquila y Mateo tan preocupado. — ¿Me estás tomando el pelo? Eres muy tonta, ¿lo sabías? —.
— Yo también te quiero hermanito. — Ella reía por molestarlo.
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El día siguiente el chico Harvard estaría preparándose para esta nueva parte de su vida.
— Estoy tranquilo, sé que todo saldrá bien, sé que conoceré a mucha gente y mi primera clase será genial—. Estaba pasando un tiempo de mucha ansiedad, y hasta tal punto que colapsó.
—. ¿A quién quiero engañar? Sé que será un fracaso. Tan tonto debo de ser para darme cuenta que no lograré adaptarme a este lugar?. — Pero Mateo recordó a las palabras de hermana, la cual hicieron calmarse y siguió para dirigirse hacia su nuevo lugar de estudios.
Mateo se encontraba en uno de los institutos más prestigiosos por sus buenos estudiantes. Aunque él tenía miedo para entrar, pero ya se sentía con el valor para adentrarse a esto que se llama preparatoria. Sin más rodeos entró al lugar. Había mucha gente, él no sabía como reaccionar; si tal vez hablarle a algunas personas y adaptarse al lugar o simplemente esperar a que ellos rompan el hielo. Todo era tan confuso.
El chico a su supuesto "salón", él se encontraba con personas mayores que él. no creía que eso sea posible. Mientras miraba que venía la maestra, todos me veían de una manera extraña y murmuraban acerca del chico.
Éste estaba escuchando como la maestra estaba pasando asistencia de los estudiantes. Pero cuando ella terminó no escuchó su nombre, así que me decidió preguntar. — Disculpe maestra, no ha mencionado mi nombre—. Mateo sintió su dignidad romperse cuando escucho que se había equivocado de salón.
Al parecer estaba en el salón de los de tercer año, ¿cómo era posible que el chico haya terminado ahí? Mateo se levantó del asiento y se dirigió hacia la salida del salón muy apenado. Y muy apenado me dirigí hacia mi salón, iba muy avergonzado de lo que había pasado, no sabía que pensar.
Mientras iba caminando dirigiendo su mirada hacia el suelo, venía caminando un chico muy apresurado, se notaba que iba tarde a su clase igual que él. Mateo no pudo esquivarlo y ambos cayeron al suelo. Pero el chico no se inmutó a pedir perdón y solo se fue como si nada hubiera pasado.
— ¿Y este quién se cree? —. Dijo Mateo muy enojado mientras se levantaba.
— Espero no encontrarme de nuevo con ese idiota.
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Bueno, espero les haya gustado la historia. Si quieren que mejore en algo pueden decírmelo con gusto lo arreglo.
Mᴀᴛᴇᴏ Hᴀʀᴠᴀʀᴅ
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Una luz en forma de corazon
RomanceMateo Harvard se encontrará con algunos recuerdos de su pasado; que serán como una carga para él, de pasar a sentirse el chico más libre, a convertirse a él más presionado. Esto lo llevará para tomar una dura decisión, si entre dejar una relación tó...