Alison Rodríguez estaba sentada en su oficina nerviosa y ansiosa por el nuevo caso que le entregarán para investigar. Llega su superior entregando rápidamente los casos y los expedientes a todos sus colegas de la oficina y el último es entregado a Alison quien al leer el caso se siente identificada por su parecido y traumático pasado.Han pasado 15 años, era una noche oscura y fría, había tenido una tarde dulce y divertida en casa de su amiga de infancia…un momento tan inocente e ingenuo como eso.
Al irse camino a su hogar, jugando entretenida con una pequeña bola saltarina pensando en llegar a casa a contarles a sus padres la tarde que pasó junto a su amiga mientras disfrutaban la cena que iba a preparar su madre, pero no fue así.
La pelota con la que jugaba rebotó en una pequeña piedra que se fue en dirección a los pies de un hombre con manos grandes, ojos negros que reflejaban amabilidad, cabello oscuro y esa voz grave y ronca que le ofreció llevarla a casa a cambio de entregarle su pelota. Ella dudosa de su amabilidad aceptó. Y ese fue el mayor error que pudo haber cometido.
- ¡Alison Alison! ¡¿Estás bien?!- escuchó una voz que la hizo volver a la realidad.
-Estoy bien- dijo media desorientada
Al reaccionar comenzó a leer el caso que le habían entregado.
Capítulo 2
Lucia Johnson una adolescente de 15 años, estatura 1,60, cabello dorado, ojos marrones, cursando segundo año de secundaria en un centro de menores, vulnerada de sus derechos sin apoyo de sus padres. Su madre murió por sobredosis de Oxicodona, al padre le quitaron la custodia por ser alcohólico y por no tener hermanos ni familiares terminó en el centro de menores.
La denuncia venía desde el tutor legal que Lucía tenía dentro del hogar de menores, por las actitudes suicidas de la menor quien le reveló a la psicóloga que había sufrido abuso sexual y psicológico por parte de su vecino.
Ya leído el expediente y el caso, Alison comienza su investigación yendo, como primer paso, al centro de menores para hablar con Lucía. Llega al lugar, se presenta con la tutora del hogar de menores explicándole su presencia allí; ella la dirige a la habitación de Lucía. Al entrar, Alison se presenta con empatía por su historia, se sienta al lado de ella para generar confianza y Lucía tímidamente le dice “Hola” con una mirada de tristeza con las manos sudorosas y nerviosa con sus piernas juntas.
-Hola Lucía ¿Qué tal estás? Vengo a hacerte unas pequeñas preguntas, si te sientes incomoda me dices y paramos pero necesito que confíes y puedas hablar.-
-¿Por qué tendría que confiar en tí si no somos nada? ¿Cómo se que no eres igual que todas esas personas que han venido a ayudarme y no hacen nada?-responde Lucía con rabia.
-Te entiendo, se que ya debes de haber perdido la esperanza de algún día poder ser feliz y tener la justicia que necesitas, créeme que tardará pero la tendrás-.
Lucía se queda en silencio y mira dudosamente a Alison moviendo las manos por los nervios que sentía y responde:
-Aún no estoy lista para hablar.
Alison se queda viendo la habitación y ve una muñeca con cabello rojo y vestido floreado le recordó a Polly, una pequeña muñeca que tenía de pequeña, tenía muchos recuerdos de aventuras con ella y soltó una leve sonrisa.
-Sabes qué - le dice Alison - yo tenía una muñeca igual a la que tienes ahí, era muy dependiente de ella.
-Ya no juego con esa muñeca, la usaba cuando mi padre estaba borracho. No se porqué aún no la he botado.- dice mirando a la muñeca con desprecio.