El comienzo de todo.

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«Dana no hagas eso»
«Una niña no se comporta así»
«No te acerques a esos fanáticos religiosos»
«No los escuches»
«No te vistas así»

Mis padres siempre me supervisaron demasiado, por decir cuidaron.

Cerca de mí casa siempre hubieron demasiadas sectas religiosas.

Parecía ser el cólmo para una familia atea. Que no creía en nada ni en nadie.

Era la única casa al medio de entre dos capillas. Una de mormones y otra de Testigos de Jehová

Para rematar al frente había una enorme iglesia católica.

Mí vida en mí barrio era tranquila. O por lo menos lo era mientras no se peleaban.

__¡Dejen de predicar esa basura, que ni existe!--Un hombre gritaba en el  medio de la calle

__¿Quien no existe?

__Abuela, por favor ignora a ese desubicado.

__No, no__La abuela movió el bastón para atrás. Y al parecer su nieto hizo una mueca de dolor.__Decimelo de nuevo. ¿Quien no existe?

Otra señora apareció en la escena, del lado del hombre.

__¿Y quien más va a ser? Claramente tu dios inexistente y sus seguidores.

Otras personas se pusieron al lado de la abuela, y se pararon al lado.

Era obvio en que terminaría esto.

__¿Dana, que estás mirando por la ventana?

Mí madre se acercó y abrió más la cortina.

__Otra vez con su griterío.

__Deja de espiarlos y anda a hacer tu tarea.

__Bien, bien ahí voy.

La verdad, era que ya estaban hechos.

__¿Ma... A qué hora salís?

__Enseguida ¿porque?

__Por nada.

Tal como dijo, después de ir a mí pieza. Escuché la puerta sonar.

Contesta me apure en cambiarme. Hoy tenía catequesis, con Eliza.

Y eso me agradaba, la iglesia no era tan mala. Eliza siempre me daba dulces y me hacía postres. Además de que hacíamos viajes de reflexión hacía las montañas con grupos de jóvenes de mí edad.

Conocí a Eliza hace 1 año. A mis doce años. El estar todas las tardes sola era demasiado agobiador.  Y más que no me dejaban salir.

Lo que me atrajo a cruzar la calle, en esa tarde fue el sonido de un violín. Lucia  como una mansión por fuera, y por dentro como un raro espacio.

Lleno de sillas alineadas en fila.

El piso no era de mármol blanco como afuera. Si no que de madera. Y los veleros a lado de las paredes dorados, debo decir que combinaban bien.  Además de los candelabros en el medio de los pasillos. Y los ventiladores en las esquinas y puntas del techo.

Si que este lugar estaba equipado.

Auque todo respladecia y los detalles en las paredes como cuadros de un señor medio desnudo. Eran hermosos. No me llamaron tanto la atención como la señora adelante de todo. Tocando violín, realmente se escuchaba bien.

Todo cambio desde ese día para mí.

Y por suerte en mí futuro fue para bien.


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⏰ Última actualización: Nov 08, 2022 ⏰

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