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《…el individuo ya no es concebido como una unidad intelectual, moral y psicológica, si no como un personaje reducido a una máscara, que desempeña el papel que le impone la sociedad…》

—Según la concepción de Pirandello.


—Es un buen libro.

Algo confundido levantó su mirada del ya mencionado libro y buscó de dónde provenía aquella voz.

—Disculpe… ¿me habla a mi? —algo confundido y avergonzado, sin ánimos de sonar ofensivo.

—Eh, sí… disculpa la molestia, simplemente quería comentar sobre aquel libro que lleva entre las manos —dando pasos cortos acercándose poco a poco— "El difunto Matias Pascal" es verdaderamente una obra muy buena que vale la pena leer.

Sonrió ligeramente y se dispuso a seguir hablando ya que el otro parecía algo confundido o ligeramente abrumado por su presencia aún.

—Lo vi algo indeciso acerca de ese libro… —soltó un ligero suspiro antes de iniciar con su pequeño discurso— Matias Pascal, un joven de una familia acomodada, que llevaba una vida tranquila hasta que se presentan ciertos sucesos en su vida que hacen que todo le vaya de mal en peor. Claro, esto antes de ganar una gran suma de dinero en un Casino —detuvo brevemente su relato para darle más suspenso— con esta suma piensa tomar las riendas de la vida que estuvo llevando de nueva cuenta, hasta que se entera de que está muerto, entonces piensa que ya no necesita regresar a su horrible vida de antes si no, iniciar una completamente nueva. Emprende un viaje y… Lo demás tendrás que averiguarlo ahí. —dando dos golpecitos con su dedo índice sobre el libro que llevaba el otro.

Anonadado, el joven de cabellos negros y rasgos finos se quedó un momento analizando todo, hasta que una linda sonrisa se formó en su rostro.

—Me ha atrapado completamente la forma en la que me ha presentado esta obra —acercó el libro a su pecho, casi como si lo abrazara— lo compraré definitivamente, gracias.

—No hay de qué, me alegra que las personas se interesen en la lectura, y poder aconsejar buenos autores y libros es una gran manera de conocer personas nuevas e interesantes.

Algo sonrojado, el joven de baja estatura volvió a sonreír, con un ligero color carmesí bañando sus mejillas.

—Soy Junmyeon ¿cómo se llama usted? —Extendiendo su mano.

—Un placer, soy Sehun —tomando la mano contraria y apretando ligeramente— puedes hablarme del tú… no es necesaria tanta formalidad, Junmyeon.

—Está bien… Sehun. —la hermosa sonrisa aún seguía pintada en su rostro.

—Bueno, entonces lo llevas ¿verdad? —refiriéndose al libro— te acompaño a la caja, si es que no piensas seguir viendo.

—Sí, sí… solo llevaré esto.

Caminaron juntos hasta la caja en donde Sehun se puso detrás del mostrador y le pidió el libro a Junmyeon, escaneando el código a barras.

—Son, seis con noventa.

—Aquí… —estirando la mano con el dinero— gracias, nos vemos otro día Sehun.

—De nada. —dijo mientras veía al otro salir del lugar.

Desde su punto de vista, Sehun creía que no podía haber persona más feliz en la faz de la tierra que él mismo en ese momento.

***

Junmyeon obviamente volvió a la biblioteca como acostumbraba hacer, con la única diferencia que se pasaba mucho tiempo conversando con Sehun, pidiendo recomendaciones de libros en vez de buscarlos por su cuenta. Leer era algo que tenían en común y la compañía del otro era algo que les agradaba a ambos.

Poco a poco empezaron  a concertar "citas" para tomar un café mientras analizaban libros e incluso adaptaciones cinematográficas de estos y no solo, otros géneros también fueron introduciéndose entre sus temas de conversación sobre la pantalla grande.

La relación entre ellos iba avanzando poco a poco, el amor empezaba a nacer y ambos lo notaban, solo faltaba que uno diera el primer paso para que su relación de amigos mutara a algo más profundo.

—No puedo creer que no te guste, "La Vita è Bella" es una joya del séptimo arte, es sim…

Sehun estaba tan metido en su monólogo de por qué no era posible que alguien odiara  "La Vita è Bella" que ni siquiera se dio cuenta cuando el rostro de Junmyeon se acercó al suyo para robarle un beso. Sehun se quedó inmóvil un par de segundos, algo confundido hasta que Junmyeon lo incitó a corresponder, tomándolo desde la nuca e intentando meter su lengua en la boca ajena.

El beso duró unos segundo más antes de que se separaran, Sehun aún un poco aturdido por aquel beso.

—No la odio… En realidad, me gusta mucho, "La Vita è Bella" es verdaderamente una obra de arte. —aún muy cerca al rostro sonrojado del contrario.

Junmyeon amaba la verborragia de Sehun al hablar sobre temas de su interés, por eso había estado dándole la contra en lo que iba de su pequeño picnic. Todo para llegar a ese momento, en el que sus labios al fin se juntaron.

—Junmyeon… ¿Quieres ser mi novio? —con la respiración aún algo agitada.

Sin pensarlo más y demasiado feliz, la respuesta de Junmyeon no se hizo esperar.

—¡Sí, claro que sí! — respuesta acompañada de algunos otros besos más, y uno en particular mucho más duradero que el primero que se dieron. Para Sehun, aquello no podía sentirse más correcto.

Donna Angelo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora