Leer con fondo negro para no desentonar graficó.𝐈
"Siempre ha sido deseo de mi esposo que Driftmark sea heredado de Sir Laenor a su legítimo hijo, Lucerys Velaryon. Su mente nunca ha cambiado, como tampoco mi apoyo hacia el. De hecho, la princesa Rhaenyra a propuesto casar a sus hijos con las nietas de Lord Corlys, solo que, también existe un nieto. Propongo, ante los ojos de su majestad, casar a Jacaerys Velaryon con su prima Baela, y a Lucerys Velaryon con el nieto legitimado de lord Corlys, y primogénito de mi difunto hijo, Addam Velaryon."
──Rhaenys Targaryen, juicio contra la princesa Rhaenyra.
Desear algo es imposible para un dragón, pues todo lo que quiere lo toma sin pensarlo, es así su superioridad sobre los seres mundanos que ningún Targaryen se atrevió a desear otra cosa que no fuera el propio poder de su casta. Aquel trono hecho con más del mil espadas fundidas en el fuego nocturno de Balerion, el terror negro. El mismo dragón que alguna vez fue montado por su padre y que poco después murió de vejez. Un final inusual para un dragón, atribuyen algunos.
¿Y para un Targaryen? El único que llegó a morir de vejez fue el conciliador, y dicen que su muerte fue tan desconsoladora, llegando alucinar con la hija que perdió por orgullo.
¿El también alucinara? su mente... ¿divagaría buscando su silueta? es extraño pensar que Aemond Targaryen, sea capaz de morir en soledad.
Pero no importa cuánto lo intente, cuántas mujeres entren por las cortinas bailando con sus senos al aire, y hombres rozando su piel con sigilo. Alguna vez se burló de su hermano, y se jactaba de ser mejor que el, pero ahora... ha encontrado un buen amigo en el alcohol. Solo con esa bebida, es capaz de menguar el dolor que yace en su corazón.
El príncipe tuerto camina por la playa de Marcaderiva, agradecido por la frescura que le ofrece el aire azotando contra su rostro. Pensando, muy en el fondo, que es una ironía pisar esta isla después de luengo tiempo, en un funeral y por supuesto, ver al objeto de sus deseos y esperanzas viudo. Le recuerda aquellos días de la niñez, donde si bien ya no era tan cercano a sus sobrinos, se sintió frustrado por no dar consuelo a ninguno de estos cuando perdieron a su padre. Y ahora, ni como príncipe puede acercarse a dar el pésame al señor de Marcaderiva, Lucerys Velaryon. Lo intentó, pero una vaga oración surcó sus labios y el Omega se limitó asentir.
Hace mucho tiempo rezaba a los dioses por la viudez de su sobrino, y ahora que se cumple... han pasado los años suficientes para sentir que todo está enterrado. Aquellas miradas que quedaron en nada, el tacto de sus pieles es muy lejano. Ahora, no son más que dos personas ajenas. Podrán compartir sangre pero al final, tío y sobrino parecen más extraños que la propia muerte.
Todavía lo recuerda, como su sangre se heló cuando escuchó a la princesa Rhaenys lanzar su contrapropuesta en audiencia con el rey. Y como su padre, aceptó el compromiso de Addam Velaryon con el heredero de Marcaderiva. Ahora, siete años después de esa decisión, la casa Targaryen sigue dividida.
Rhaenyra aceptó a Aegon como rey, ocasionando que los dragones se dividan en dos ramas. Solo que, al no tener hijos con Helaena, la reina Alicent aceptó por apariencia a Jacaerys como heredero. Si no lo hacía, estaría aceptando la ilegitimidad de Lucerys como señor de Marcaderiva, una promesa que no podía romper porque de hacerlo, la guerra explotaría.
Y es así, que Aemond Targaryen sigue siendo el hijo segundón. Solo que eso es irrelevante ante una verdad más cruda, no es ni la tercera opción del Omega que desea. Quizás en algún tiempo, si, y esos momentos conforman su pasado.

ESTÁS LEYENDO
Rosa de cristal.
FanficSu preciada rosa de cristal... que tan hermosa y frágil es. Capituló único: Lucemond. Fanfic: House of the dragon. Omegaverse.