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¿Un intruso?

El pacífico sonido de la lluvia golpeando de manera constante aquel frágil cristal, el cual evitaba que todo se mojara dentro de su habitación, y el sumamente agradable aroma a café recién hecho inundando sus sentidos, lograron que despertara de muy buen humor, lo cual muy pocas veces lograba pasar por el constante tráfico circulando, pero afortunadamente hoy no era uno de esos días.

Cuando comenzaba a estar cada vez más cerca del delicioso aroma, pudo visualizar a su adorada madre terminando de preparar el desayuno.

—Bue...— y el saludo tan energético que le daría a dicha mujer, murió tan pronto como surgió, al notar la presencia de un hombre completamente desconocido para él.

Su madre se giró a verlo sorprendida tan rápido como lo escuchó, pues no era frecuente que su hijo despertara temprano un fin de semana, afortunadamente ella notó la incomodidad de este, por lo que se acercó hasta estar a una corta distancia y a modo de señas le presento al hombre.

Buenos días Minnie, él es el señor Kim SeokJin nuestro nuevo vecino, acaba de mudarse justo a lado, y además es un compañero del trabajo pues se unió a mi empresa hace poco—ella sabía que su hijo hablaba y escuchaba perfectamente, sin embargo, entendía también que él prefería hablar en lenguaje de señas cuando se veía incapaz de pronunciar una sílaba.

¿Por qué está aquí? — inevitablemente sus manos se movieron con fluidez, mientras que su abultado labio se veía presionado entre sus dientes.

—No conozco a casi nadie por este lado de la ciudad, por lo que durante la semana me dediqué a desempacar y conocer a algunos de mis vecinos, pero quería tomarme el tiempo suficiente para venir aquí por mi sunbae, pero entiendo que estoy invadiendo su espacio— la grave voz ajena sorprendió a ambos Park, pues el hombre había entendido a la perfección aquella plática; provocando que la incomodidad en el menor creciera.— Yunhye Sunbae lamento mucho no haberte informado sobre mi conocimiento del lenguaje de señas, pero no creí que ambos lo usaran, me disculpo nuevamente contigo Jimin.— finalizó haciendo una reverencia profunda hacia ambos.

El de mejillas abultadas tenía una mezcla de sentimientos que para nada eran agradables a su parecer, se sentía expuesto y a la vez comprendido, tenía miedo, pero también curiosidad, quería ir a preguntarle dónde había aprendido dicho lenguaje, pero también quería que dejara de sostener aquella taza azul que le perteneció a su padre, su fragancia no le resultaba repugnante, sin embargo, quería que esta misma dejara de invadir su aire.

—¿Jimin, me estás escuchando? — el dulce toque en su antebrazo izquierdo le sacó de la enorme telaraña de pensamientos en la que se vio atrapado, y le miró esta vez sí prestando atención. — Te decía, que si prefieres estar en la cueva ¿Tal vez te gustaría desayunar ahí? —quizás para alguien ajeno a su relación esa pregunta sonaría en un tono demasiado persuasivo, sin embargo, él sabía que su madre solo intentaba calmarlo y hacerlo sentir seguro, además de querer mantener su felicidad.

No tenía fuerza y sinceramente no quería negarse, por lo que asintió conmovido, él adoraba que aquella mujer de la que había heredado los labios abultados y mediana estatura comprendiera tan bien su condición después de tantos años de sufrimiento.

Una vez que tuvo su desayuno en manos, se inclinó levemente frente al moreno hombre y lentamente se retiró del lugar.

—Se parece mucho a ti —fue lo último que alcanzó a escuchar antes de alejarse completamente.

Durante su trayecto dejó que el leve calor de los trastes le calmara, mientras se acercaba cada vez más a aquel lugar que era su refugio. "La cueva" era el cuarto más pequeño de su hogar, y estaba repleto de libros, documentos, fotos y algunos peluches viejos; aquel lugar era su santuario, pues había sido la oficina de su difunto padre. Aquella en la que con tanto esmero y paciencia le enseñó a leer (lo que un niño de cuatro años podía), en la que le contaba fabulosas historias que hacían volar su imaginación hasta la isla más remota, en la que con paciencia ese hombre firmaba y sellaba -lo que él en ese entonces consideraba-, un millar de documentos para al final jugar juntos por largas horas, aquella en la que se escondió durante la mayor parte del día ahogado en llanto cuando su padre no regresó, aquella en la que su madre sabía que no podía entrar, aquella pequeña cueva se había convertido en la mayor espectadora de su verdadero ser, y guardaba celosamente el ruido ensordecedor que provocaba su alma.

Suspiró mirando la lluvia a través de la pequeña ventana frente a él, dejó aquel café humeante a un lado, tomó una hoja blanca y su fiel bolígrafo, para después dejar que las lágrimas bajarán con total libertad por su rostro, mientras que las palabras quedaban plasmadas lentamente.

Suspiró mirando la lluvia a través de la pequeña ventana frente a él, dejó aquel café humeante a un lado, tomó una hoja blanca y su fiel bolígrafo, para después dejar que las lágrimas bajarán con total libertad por su rostro, mientras que las pala...

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Dejen su voto y o comentario si es que ya quieren leer el resto de esta bella historia. Espero amén al hermoso Jimin que creé para esta historia.

Pd : Es la primera vez que escribo algo que no sea Yoonmin 🫣.

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⏰ Última actualización: Nov 09, 2022 ⏰

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