Que suave son estas cosas, quiero tocarlas con todo mi cuerpo y no moverme, este lugar es perfecto para no dejarlo sin mi presencia, cuánto dolor aquí en el centro, creo que tengo que comer, que fea esa luz en mis ojos, que fuertes ganas de no moverme; no quiero ir atender a los sonidos de estas personas, aunque siento que debería. ¡Mauro!, ¡Mauro!... creo que soy yo, me reconozco como Mauro y ¿por qué hablan tan fuerte?, en fin iré.
Que mujer tan bonita, me mira muy bonito y me ofrece comida, ¿por qué?, aunque lo hace con todos los que viven aquí; aunque a mí me dio más poquito que esa chica, ¿debería decirle? ¡Sí!, ¿mamá por qué ella tiene dos panes y yo solo uno?, ¡¿qué?! ¿por qué he dicho mamá?, no entiendo de donde salen estas palabras y nombres, además cómo estoy comiendo esto de ella y solo sé que se llama mamá y ella, ¿Quién es ella?, además ¿por qué me da menos? y ¿por qué quiero o siento que quiero igual?, me han dado algo que se llama pan y me dieron uno, a la otra niña le dieron el doble, me dieron colada y sabe delicioso aunque debería ser comida con otro pan. No es tanto, pero no puedo comer más; mi imaginación come más que mi estomago, ¿estomago?.
He salido aquí en un sofá que está al frente de la casa, esta casa es diferente a las otras, y hay mucho pasto en los alrededores, demasiadas plantas y árboles con frutas. Me gusta andar sin nada en los pies, aunque tampoco tengo otra opción y los niños qué hay cerca también están como yo, así que me da igual. El sofá también es muy suave y cómodo, y la vista del frente de mi casa es bonita, tiene muchos árboles.
¡Mauro!, ¡Mauro!... de nuevo personas llamándome, ¿Quiénes son?, ¿niños?
¡primo Mauro! ¡primo!.., ¡¿primo?!, me llamo Mauro ¿no?, ¿Qué querrán?
-¿Quiere jugar bolinchas?
-¿Bolinchas? ¿Qué es eso?
-jugar con las bolinchas (bolas pequeñas)
Yo sigo sin entender, pero lo haré...
-sí
-saque las bolinchas suyas.
-no tengo bolinchas.
-vaya busque y jugamos.
Cuando me desperté cerquita de donde estaba durmiendo, ¡encontré un lugar súper chévere con un piso alto lleno de bolas! Me emocioné un montón y decidí ir a jugar. Pero, ¡la cosa no salió como yo quería!
Me uní a un grupo de chicos que ya estaban jugando allí y nos la pasamos súper bien lanzando y atrapando las bolinchas, riéndonos y disfrutando un montón. Pero, en medio de toda la diversión, ¡perdí mis bolinchas!, por cierto así se llaman, creía que eran bolas.
Cuando me di cuenta de que mis bolinchas se habían perdido, me puse súper triste y enojado. Fui a buscarlas, pero los chicos con los que estaba jugando no quisieron devolvérmelas. Me dijeron que ahora eran de ellos porque las perdí mientras jugábamos.
Me llamaban "primo", que es nuestro apodo entre nosotros, pero eso no significa que puedan quedarse con mis bolinchas. Me sentí súper excluido al ver que seguían jugando con mis cosas sin contar conmigo.
No entiendo mucho de lo que está pasando a mi alrededor, siento que estas personas me conocen y que yo también pero no lo sé, simplemente no sé ni cómo hablo. hasta ahora solo sé que me llamo Mauro, y que quiero a mamá, voy a ir a donde ella está.
Dos semanas después.
Mi mamá está limpiando una parte del piso de la casa, la casa es donde yo vivo y tiene varios pisos, una parte es de tierra y luego viene una parte dura (cemento), esa parte de cemento es más alta y ahí está la cama de mis papás. Mi papá nunca está, siempre llega cuando todo está oscuro, y a veces llega gritando, no me gusta eso. Tengo hermanas, una es Luisa y la otra es Amelia, ellas siempre se pelean, por cierto cuando pelean me asusta mucho y siempre trato de evitarlo. La paredes de mi casa son tablas y palos con cortinas, la puerta es una construcción de palo con lata y la puerta del patio también; mi casa es pequeña pero siento que no quiero salir de aquí, aunque me da miedo porque puedo ver partes de lo que hay en la calle por espacios grandes y pequeños; en las noches da miedo.
Me he dado cuenta que mis primos y todos tenemos nombres, mi nombre es Mauro Mauricio, el de mis primos es Santiago, Alejandro y no me acuerdo de los demás, a mis primos les gusta jugar mucho, sin embargo quedarse con mis muñecos también. Mis padres me han traído muñecos últimamente y mi primo Santiago los toma con él y se entra a casa; me da miedo, pero intento reclamarlos, siempre que lo intento me arroja piedras, me ha logrado dar con ellas en la frente y en la espalda, así que le tengo miedo; su madre se enoja al decirle que me devuelva los muñecos porque él llora, siempre me rindo de ellos y evito acercarme, aunque mis papás me dan muñecos y los sigo buscando, no me entiendo.
Hoy mi madre ha hecho frijoles y otras cosas, he visto que usa pasto para realizar la comida, lo cual se me hace un poco extraño e interesante, por supuesto eso ha hecho que yo pruebe hojas de árboles de donde vivo, pero saben a amargo. Me gusta la comida de mi mamá, ella siempre hace que los días sean más lindos. Los fríjoles son color café, no me gustan las pepas porque se siente como la tierra de la calle en la boca, sin embargo me gusto mucho el agüita de los frijoles.
En el exterior de mi casa hay mucha selva con demasiados árboles y muchos de ellos son de frutas, tenemos coco, naranja, limón, pomarrosa, mango, guayaba, guanábana, arazá y mandarina. Aunque la mandarina no es del todo de nosotros, el señor que se llama Domingo nos deja tomar de su árbol. Nuestros vecinos son muy amables, todos se hablan con todos o por lo menos siempre los veo sonreír cuando se hablan, hay muchas cosas que no entiendo de lo que hablan, solo veo que sonríen.
Nosotros tenemos un lavadero en frente de la casa en donde mi madre me baña, baña los platos y la ropa; ella siempre está lavando algo, barriendo o limpiando cosas, nunca se cansa, solo se detiene para ver novelas, así que cuando ella hace eso me gusta estar con ella, solemos ver (Padres e hijos) o algo así, yo lo miro porque soy su hijo y ella mi madre, aunque no entiendo cuando lloran o pelean.
Yo me quedo dormido fácil cuando lloro, es algo que he notado, siempre que me regañan me pongo a llorar porque siento que me van a hacer daño, incluso si no me pegan siento que me pegan, hace unos días estaba jugando futbol con mis primos y otros niños, y cuando he llegado a casa me he pasado de hora o algo así, mis papás siempre dicen que todo está mal, entonces cuando volví a casa tenían una rama del palo de guayaba. Los he visto y me he puesto a correr de ellos, fue divertido ver como mis dos papás me persiguen porque como tenemos un patio extenso, literalmente extenso, hay selva al lado de casa con mucha arena y nuestra casa tiene dos puertas, entonces yo hacía círculos corriendo a través de la casa y el patio, fue muy genial aunque sentía miedo de morir, sus caras eran totalmente diferente a como suelo verlos y gritaban como si mi existencia fuera un error y la solución de eso era acercarme a ellos "venga para acá", como no solía hacer caso del miedo pues repetían con un "venga para acá que no le voy a pegar", cuando vieron imposible atraparme se han separado los dos y me han atrapado, todo me duele cuando eso pasa. Sentir que me harán daño me duele aunque solo sea algo que no ha pasado, cuando me pegan se siente caliente y ardiente, los gritos siento que se meten a mi cabeza y me hacen temblar, el sonido de las ramas y cada parte de mi cuerpo encogido para hacer como si no me doliera o como si realmente no existiera algún dolor en eso. Después de eso siempre suelo dormir, pues soy bueno llorando repito, creo que es lo que mejor que sé hacer, por ahora.
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No es lo que esperabas.
Non-FictionEstás a punto de adentrarte a lo que no suele verse de un ser que demuestra amabilidad, felicidad y mucha inspiración personal. Ser algo para otras personas es un trabajo que se empieza desde el comienzo. Los invito a leer las cosas que nadie espera...